Este conjunto está formado por veinte polvorines de distintas características arquitectónicas, distintos propósitos y distintos periodos constructivos que van desde 1730 hasta la década de los años 70 del siglo XX. Todos ellos intercomunicados por una red de caminos.
Unas murallas que rodean parcialmente el promontorio de Punta Cantera, construidas en el último tercio del siglo XVIII; un embarcadero denominado de Fadricas o de la Casa Blanca, que ya era “muelle antiguo” a finales del XVIII; un espigón denominado Muelle para la Pólvora de S.M., construido antes de 1776 y cuyos planos originales datan de 1750 y un alfar romano, sin excavar, datado provisionalmente en torno al primer siglo antes o después de Cristo.
Respetar la historia
Los firmantes piden a los representantes políticos que no se privatice la gestión de Punta Cantera. “La historia, los vestigios físicos y la propiedad de la tierra pertenecen y deben seguir perteneciendo a los isleños y al mundo, y deben ser gestionados desde el interés público y la sostenibilidad, nunca desde entidades que busquen beneficios económicos antes que ofrecer un servicio a los ciudadanos”.
Consideran que la potencialidad que ofrece el desarrollo de ese espacio público es “enorme. Pedimos encarecidamente a nuestros políticos inteligencia para que mediten y piensen a medio y largo plazo; para que no actúen en Punta Cantera deslumbrados por intereses inmediatos y fáciles. Y, sobre todo, deseamos que nuestros políticos recuerden que no pueden disponer de lo que no es suyo, de lo que sólo pertenece a los ciudadanos”.
Por último, piden a los políticos que gestionen Punta Cantera con “lealtad al pueblo de San Fernando y, sobre todo, que respeten la historia y la identidad de las viejas piedras”. Las adhesiones de los ciudadanos interesados se pueden remitirse al correo manifiestoporpuntacantera@gmail.com, además de los pliegos que se distribuirán.
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