El Servicio Andaluz de Salud rechaza que los enfermeros no puedan consultar ni modificar las historias clínicas
El Sindicato de Enfermería (Satse) de Sevilla ha detectado “graves fallos” en la puesta en marcha del módulo informático Diraya en los servicios de urgencia de los centros de salud de la provincia, aunque desde el SAS rechazan estos extremos.
Según la secretaria provincial del sindicato, Reyes Zabala, el nuevo sistema, que sustituyó al modelo tradicional (a mano), impide a los enfermeros registrar las actuaciones que realizan sobre los pacientes en sus historias clínicas. “Si el médico prescribe un tratamiento o una inyección a un paciente, los enfermeros no pueden dejar constancia si se lo han administrado o ha habido alguna incidencia en el proceso”, comenta Zabala.
Esto supone, según denuncia el sindicato, una situación de “inseguridad y problemas para los pacientes” que ven incompleto su historial clínico. A su vez, la falta de información “supone una vulneración de la Ley 41/2002”, reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, que obliga a los profesionales sanitarios a regular todo aquello que se le detecte y se realice al paciente.
El Satse reivindica así que se paralice la puesta en marcha de este sistema, que ya funcionaba a nivel regional y que ahora se ha implantado en los servicios de urgencia, y que se vuelva al modelo tradicional hasta que se solucionen los fallos actuales.
El papel existe
Desde el Servicio Andaluz de Salud (SAS), por su parte, niegan que el sistema impida a los enfermeros consultar y modificar las historias clínicas de los pacientes y que, en caso de que alguna de sus funciones no pudiera llevarse a cabo digitalmente, “se podría seguir haciendo en papel”.
Admiten que a Diraya aún hay que incorporarle las nuevas competencias que el SAS está asignando a los enfermeros como pueden ser el proceso de triaje o la elaboración de diagnósticos, pero aseguran que el proceso de implantación seguirá adelante.
Mientras tanto, los enfermeros están llevando a cabo medidas de presión como el envío de escritos a los distritos sanitarios declinando la responsabilidad de cualquier problema que surja en relación con Diraya, a los gerentes de los mismos. “Se trata de un problema serio porque se está jugando con la vida de los pacientes”, explica Zabala, quien no descarta “llegar incluso a los tribunales”.