La Procesión de Clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular ha supuesto
un éxito sin precedentes para Sevilla, generando un
impacto económico estimado en 53,9 millones de euros y atrayendo a cerca de 700.000 personas, según datos del Ayuntamiento.
Organizado por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, junto con la Archidiócesis y en colaboración con el Ayuntamiento, el evento
convirtió a la ciudad en el epicentro de la devoción popular. Durante la jornada, numerosas hermandades y cofradías participaron en una procesión extraordinaria, que requirió una destacada inversión en infraestructuras, seguridad y servicios. Su impacto no solo se limitó al ámbito religioso y cultural, sino que también
generó un impulso clave para sectores estratégicos de la economía local.
El impacto económico del evento, según un estudio encargado por la Cámara de Comercio de Sevilla, se desglosa en
tres áreas principales. En primer lugar,
un impacto directo de 8,6 millones de euros, derivado de la inversión de los organizadores en la puesta en marcha del evento, incluyendo el
presupuesto, la venta de sillas, subvenciones, seguridad y comunicación. En segundo lugar,
un impacto indirecto de 13,8 millones de euros, generado por el gasto de los asistentes en sectores como la
hostelería, el comercio, el transporte y el alojamiento. Finalmente,
el impacto inducido, estimado en 31,3 millones de euros, corresponde al efecto multiplicador del evento en la economía local, que se traduce en
mayor consumo y generación de empleo.
La participación masiva puso de manifiesto el arraigo de la religiosidad popular en la ciudad. Según los datos analizados,
el 85% de los asistentes procedían de Sevilla y su provincia, mientras que el 15% restante correspondía a visitantes nacionales e internacionales, lo que evidencia el creciente interés turístico por este tipo de celebraciones. Además, la retransmisión televisiva permitió que millones de personas en todo el mundo pudieran seguir el evento, r
eforzando la proyección internacional de Sevilla como destino de turismo religioso y cultural.
La presencia de representantes del Vaticano y de hermandades de distintos países
consolidó al congreso como un referente global, favoreciendo el diálogo entre cofradías y fortaleciendo la dimensión internacional de la Semana Santa y la piedad popular.
Más allá del impacto económico inmediato,
el éxito de la Procesión de Clausura ha afianzado a Sevilla como ciudad de referencia en la organización de grandes eventos. La capacidad organizativa demostrada, la participación multitudinaria y la repercusión mediática del acontecimiento abren nuevas oportunidades en términos de turismo, cultura y desarrollo económico. Este evento ha demostrado que Sevilla no solo es un símbolo de tradición y espiritualidad, sino también
un motor de dinamización económica y proyección internacional.