Así ha ocurrido. Emaná, por ejemplo, al que se le va a solicitar, obligar, si es que no se marcha traspasado, a que pase de cobrar 2.1 millones de euros al año, a percibir algo menos de 800.000 euros, está que trina, como hizo ver en los micrófonos de Radio Sevilla.“Se cree el ladrón que todos son de su condición. Utilizo este refrán mucho, pero si alguien lo quiere tomar por lo malo pues es su problema. Yo lo que quiero decir es que a todos nos gustaría estar en la posición de los administradores concursales”, dijo el camerunés, sin dominar el refranero para nada, pero dejando muy claro que no entiende el asunto.
Emaná, eso sí, esconde su indignación cuando trabaja: “Me preparo como futbolista profesional . Yo ya he dicho lo que tenía que decir, ahora le toca el turno a mi representante. A mí no me ha fallado y voy a confiar en él. Pero si tanto quiere el Betis que me quede, pues también tendrá que poner de su parte. Yo entreno a fondo y al cien por cien, y si pasa algo pues que pase. No obstante, todavía no me han dicho nada de lo del salario”, dijo el delantero camerunés.
Molina, sorprendido. Es la diplomacia andante. No levanta la voz ni pisoteado, de hecho, en este espinoso tema ha tratado de pasar de puntillas, pero pese a esa condición personal, Jorge Molina no ha podido más que expresar su sentir, que es el de la plantilla. “Sorprender, pues sorprende, pero no hemos hablado en el vestuario de este tema”, dijo. Ya hablarán, si es nos créemos que no lo hayan hecho ya, puesto que los administadores se han comprometido a explicar el tema a los capitanes.
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