Marcos y su familia viajaron la semana pasada por segunda vez a la ciudad norteamericana de Boston para observar en qué estado se encuentra la válvula colocada en la cabeza del niño jerezano.
Falta de oxígeno en el cerebro
Según los datos médicos del Children´s Hospital de Boston, la hidrocefalia de Marcos se debe a la falta de oxígeno en el cerebro que le produjo pérdida de masa cerebral. Según Juan y Ana María, padres de Marcos Carribero, el Doctor Benjamín Warf tenía la esperanza de que la hidrocefalia del niño se deberia a una obstrucción para poder ser corregida con cirugía.
Pero esta operación no ha podido llevarse a cabo. La válvula que se le implantó a Marcos debe permanecer en la cabeza para el resto de su vida. Por tanto, el médico ha aconsejado por ahora “no cambiarla ya que está funcionando perfectamente”, confirman los padres del niño y añaden que si se cambiara por una válvula más moderna, “correría el riesgo de coger una infección, y con cuadro cardíaco que muestra nuestro hijo, contribuiría a empeorar su salud”.
Según la opinión de los cardiólogos, si el pequeño jerezano tuviese que volver a ser intervenido, el orificio que el Doctor Pedro del Nido dejó abierto cuando le operó de corazón para que trabajase con menos esfuerzo, debería ser cerrado mendiante un cateterismo cardíaco.
A día de hoy, Marcos Carribero se encuentra ingresado en observación en el Hospital de Boston para recuperarse de las pruebas realizadas durante estos últimos días. Los padres del pequeño admiten conformarse con el dictamen de los médicos puesto que “este hospital ha sido el que le ha dado la vida a nuestro hijo”.
Finalmente, la familia del Marcos confiesa seguir adelante luchando “no por darle la vida eterna a nuestro hijo, sino para que pueda tener una buena calidad de vida”. La familia Carribero regresará a España en cuanto Marcos se recupere de todas las pruebas.
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