Hay crisis y a eso temían caseteros y feriantes, pero la realidad es que el aspecto que ofrece el Ferial isleño invita al optimismo, si bien para muchos: “hay mucha gente mirando y pocos consumiendo”. Pero no a todos les va igual. Es verdad que unos han levantado el optimismo tras ver la evolución de los primeros días y parece que el jueves fue un día de transición, pero también hay otros que esperaban más y apuestan en esta recta final de la Feria por ofertas que puedan hacer incrementar los ingresos. No hay Día del Niño, pero una rebaja de los precios podría conseguir un aumento en el número de personas que se montan en las atracciones, sobre todo en el último día de Feria, cuando los bolsillos están medio vacíos, si no completamente.
El caso es que hay grandes colas para el Ratón Vacilón, para los coches choque, para el Projekt-1 e incluso para la Super Tarántula, aunque esas colas se limitan a horarios puntas donde alguno incluso no quiere ni esperar, pero que de alguna forma muestra algo impensable, sobre todo teniendo en cuenta el desarrollo de otras ferias importantes de Andalucía y el de esta del mes de julio, que por asistencia de público sigue siendo una de las más importantes, de ahí también su declaración de Interés Turístico de Andalucía.
Feriantes y caseteros esperan que la Feria alcance su punto álgido esta noche, en la que se esperan miles de personas, si bien la noche de los sábados ha ido perdiendo protagonismo en favor de los viernes, porque el público de La Isla sabe que resultaba más que difícil andar por el Ferial y sobre todo encontrar un aparcamiento.
No hay rebaja en el precio de las atracciones, como tampoco en el precio que pagan los feriantes, pero para montarse en alguna hay que depositar 3 euros por viaje, cuando no hasta 4 euros, dependiendo de la atracción que se trate. Un precio caro para los bolsillos, pero sobre todo para familias que tienen más de un niño y en los que incluso se tiene que montar el padre, la madre o algún valiente.
Sea como fuere, la Calle del Infierno hace honor a su nombre y arde. Arden los bolsillos, arde el tremendo ruido existente y arden los que aguantan largas colas para disfrutar de las atracciones. En otro punto, están quienes consideran que la Calle del Infierno está llamada a malos tiempos si no bajan los precios, ante lo que suponen los parques de atracciones y la decoración o tematización que acompaña, sin contar con lo que supone pagar una entrada única y disfrutar de todo. Una ‘tarifa plana’ que muchos ven como más económica y rentable que una noche en la Feria.
Pero al margen de pensamientos y consideraciones, la Calle del Infierno arde y serán los feriantes quienes deberán hacer balance al final de la Feria, sabiendo que lógicamente no se puede ganar lo mismo que hace unos años, cuando no había crisis, pero sí comparar con el desarrollo de otras grandes ferias.
Entre las novedades de la Calle del Infierno hay varias atracciones, aunque muchas repetidas, como las piscinas con rulos o bolas de agua. La Calle del Infierno arde y espera quemarse al completo mañana domingo, cuando los fuegos artificiales pongan el punto y final a las fiestas patronales de 2011.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es