Según el último informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el 60% de las intoxicaciones alimentarias en España se producen por fallos en la manipulación de alimentos. Estos errores, a menudo basados en ideas equivocadas o mitos, representan un grave peligro para los consumidores y una amenaza directa para la reputación de empresas alimentarias. Imagina las consecuencias si estos fallos ocurrieran en un restaurante: desde intoxicaciones masivas hasta cierres forzosos por parte de las autoridades sanitarias.

Para evitar este tipo de escenarios, la clave es proporcionar una formación adecuada a los manipuladores de alimentos. En este artículo exploraremos algunos errores más comunes en la manipulación de alimentos en el sector de la restauración, cómo evitarlos y por qué invertir en un curso de manipulador de alimentos es esencial para garantizar la seguridad alimentaria.

Errores comunes que ponen en riesgo la seguridad alimentaria

"Lavar carne cruda elimina bacterias"

Este es uno de los mitos más extendidos. Lavar carne cruda no solo es ineficaz para eliminar bacterias, sino que puede propagar microorganismos peligrosos como Salmonella o Campylobacter por toda la cocina. Las salpicaduras pueden contaminar utensilios, superficies y otros alimentos cercanos.

Solución: La cocción a temperaturas seguras (por encima de 75 °C) es la única manera de eliminar bacterias. Este es un principio básico que se enseña en cualquier programa de formación en manipulación de alimentos.

"Los alimentos descongelados se pueden volver a congelar"

Este error ocurre frecuentemente en cocinas profesionales. Volver a congelar alimentos que han sido descongelados sin una cocción previa puede promover el crecimiento de bacterias peligrosas, especialmente si los alimentos estuvieron en la "zona de peligro" de temperaturas (entre 5 °C y 60 °C).

Formación necesaria: En los cursos de manipulación se recalca la importancia de descongelar alimentos en condiciones controladas, como en la nevera, y evitar recongelarlos sin haberlos cocinado antes.

"Reutilizar aceite repetidamente no afecta la seguridad alimentaria"

Aunque la reutilización de aceite puede ser habitual en algunos establecimientos para ahorrar costes, hacerlo de forma excesiva puede generar compuestos tóxicos como las acrilamidas, perjudicando la salud del consumidor y afectando el sabor y calidad de los alimentos preparados.

Solución: Los manipuladores de alimentos deben estar formados para reconocer las señales de degradación del aceite, como el cambio de color, olor o exceso de residuos, y establecer protocolos claros para su sustitución periódica.

La formación: el pilar de la Seguridad Alimentaria

Una persona que trabaja con alimentos con un curso certificado es el primer paso para prevenir riesgos. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ofrece opciones como el curso de manipulador de alimentos del SEPE, que proporcionan las herramientas necesarias para garantizar prácticas seguras. Estos cursos cubren aspectos como:

• Correcto almacenamiento de alimentos.
  
  
• Prevención de contaminación cruzada.
  
  
• Higiene personal y del entorno laboral.
  
  

Renovación constante de la formación

Aunque oficialmente el carnet de manipulador de alimentos no caduca como tal, la administración pública y muchas empresas exigen renovarlo periódicamente para asegurar que los empleados estén actualizados con las normativas y mejores prácticas en seguridad alimentaria. Esto responde a la necesidad de adaptarse a los cambios en las regulaciones y garantizar que los manipuladores conocen las últimas técnicas para prevenir riesgos. Por ejemplo, normativas recientes han incorporado nuevos estándares para la manipulación de alimentos crudos y la prevención de contaminación cruzada, aspectos que no siempre se incluían en formaciones antiguas.

La recomendación general es actualizar la formación cada 4 o 5 años, un periodo suficiente para incorporar nuevos conocimientos y reforzar los protocolos de seguridad. Además, las empresas que promueven la renovación de conocimientos demuestran su compromiso con la excelencia y la protección del consumidor. Se podría pensar que el el carnet de manipulador de alimentos caduca.

Importancia de la renovación: Esto no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino también mejora la confianza del cliente, reduce el riesgo de sanciones y fortalece la seguridad alimentaria en los negocios.

Aplicando la formación en el día a día de un restaurante

Ejemplo práctico: Buenas prácticas en acción

Un restaurante que prioriza la formación de su equipo no solo reduce riesgos, sino también genera confianza en sus clientes. Por ejemplo, un protocolo efectivo de higiene alimentaria que incluya la desinfección de superficies y el uso de termómetros para controlar la cocción puede marcar la diferencia entre una experiencia segura y una queja por intoxicación alimentaria.

Ventajas competitivas para los negocios

1. Cumplimiento normativo: Evita sanciones y garantiza que el negocio opera dentro de la legalidad.
   
   
2. Confianza del consumidor: Los clientes valoran establecimientos que priorizan su seguridad.
   
   
3. Mejora en la reputación: Un equipo bien formado refleja profesionalidad y compromiso con la calidad.
   
   

La formación como herramienta clave para la excelencia

Prevenir errores en la manipulación de alimentos es posible si se invierte en una formación de calidad. Desde evitar mitos peligrosos hasta implementar prácticas basadas en la evidencia, los manipuladores profesionales o los que preparan alimentos en casa para consumo propio bien formados son la primera línea de defensa en la seguridad alimentaria.

¿Estás preparado para aprobar el examen que certifique tus conocimientos? Este paso asegura que cada manipulador cumple con los requisitos necesarios para proteger al consumidor y garantizar prácticas seguras.

Consejo final para propietarios en la restauración: Evalúa periódicamente la formación de tu equipo y considera programas como los cursos de manipulador de alimentos para mantener un nivel óptimo de seguridad. La inversión en conocimiento no solo protege a los consumidores, sino que también asegura el éxito del negocio.