Sevilla despide con pesar a Antonio Mendoza Vázquez, histórico campanero de la Colegial del Salvador y capiller de la Hermandad del Amor, cuyo fallecimiento se ha producido este viernes. Conocido por su inquebrantable dedicación, Antonio dedicó su vida al oficio de tañer las campanas y al cuidado del patrimonio sonoro de uno de los templos más emblemáticos de la ciudad.
Descendiente de una estirpe de campaneros, Antonio heredó este noble oficio de su padre, apodado “el hombre mosca”, quien ascendía con destreza por las torres del Salvador para cuidar y reparar las campanas. A lo largo de su vida, Antonio no solo se encargó de mantener viva esta tradición, sino que también modernizó algunos aspectos del oficio, asegurando su conservación en un entorno urbano cada vez más cambiante.
Su legado continúa a través de sus hijos, Antonio Jesús y David Mendoza, quienes han tomado el testigo familiar. Ambos han asumido con orgullo la responsabilidad de mantener las campanas del Salvador resonando con su característico sonido, enfrentando el reto de adaptar esta tradición centenaria a las nuevas tecnologías.
La Hermandad de Pasión y del Amor, profundamente conmovidas, han lamentado la pérdida de Antonio Mendoza, quien también desempeñó una labor indispensable como capiller de la corporación del Domingo de Ramos. Su figura, sinónimo de devoción, tradición y amor por Sevilla, deja un vacío difícil de llenar.
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