Las investigaciones realizadas aportaron información sobre la procedencia del busto. Al parecer pertenecía a un yacimiento de las proximidades de la localidad de Porcuna.
Había sido arrojado a un pozo de una finca de las cercanías de la capital hace varios años por unos expoliadores de yacimientos arqueológicos.
Se trataba de un profundo aljibe que se alimentaba de aguas procedentes de diferentes filtraciones sin ser su agua potable.
Una vez efectuado su estudio y valoración, se estableció y realizó el dispositivo necesario, realizando la inspección en el interior del mismo por parte de los buceadores del GOE junto a la colaboración inestimable del Cuerpo de Bomberos de Jaén.
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