El juicio por estos hechos comenzó la semana pasada y continuará el viernes, en el juzgado número 13. El acusado, junto a un compañero, se encadenó hace cuatro años en un zulo construido bajo el centro ocupado, situado en el Pumarejo, para evitar el desalojo.
A propuesta de la defensa del acusado, se ha practicado una prueba pericial a cargo de un médico psiquiatra del Hospital de La Paz, experto en malos tratos y torturas, que ha asegurado que el método de inmovilización empleado por los agentes es una técnica “que puede cortar la circulación y gangrenar el brazo”, y que puede englobarse como tortura.
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