El Ayuntamiento de Huelva está terminando estos días el cuarto tratamiento del año estipulado en el protocolo de actuación para controlar la plaga del picudo rojo en las palmeras de la ciudad. En concreto, se trata de inyectar en 235 ejemplares de 'Phoenix canariensis', la especie preferida por el temible escarabajo, un producto fitosanitario y nutritivo, directamente al estipe o estípite de la palmera, de manera individual, accediendo al sistema vascular con una dosis determinada en función del estado y las características de cada planta a tratar.
La concejala de Infraestructuras y Servicios Públicos del Ayuntamiento de Huelva, Mariló Ponce, se ha mostrado prudente "con una plaga que se ha vigorizado por las condiciones climáticas y que ha venido para quedarse, porque se ha comprobado que erradicarla es un imposible", tal como explica el Consistorio en una nota de prensa.
El incremento general de las temperaturas está provocando que el escarabajo se sienta cómodo y no pause su ciclo reproductivo durante todo el año, ampliando unos ataques que desde el Ayuntamiento se combaten protegiendo a la palmera, para que se mantenga bajos unos umbrales que le permitan defenderse.
Para ello, en los ejemplares afectados, el Ayuntamiento de Huelva aplica tratamientos de choque centrados en duchas foliares y en los casos más graves, a modo de paliativos, una cirugía que consiste en eliminar las hojas en mal estado, respetando las verdes, limpiando el denominado 'ojo' de la palmera para favorecer el crecimiento de las hojas centrales.
Unos tratamientos que están evitando la baja de ejemplares, a pesar de la virulencia de la plaga en comunidades vecinas, como Extremadura, donde cientos de palmeras están sucumbiendo. Además, como estrategia preventiva, la ciudad está protegida con 130 trampas de feromonas, colocadas estratégicamente, a modo de anillo, rodeando todo el municipio, para intentar evitar que el picudo rojo entre desde el exterior.
El compromiso del Ayuntamiento de Huelva, apunta la concejala "es no bajar la guardia y utilizar todas las armas permitidas para controlar la plaga del picudo rojo en las palmeras de la ciudad". De esta forma, la vigilancia constante y sistemática y la aplicación de tratamientos fitosanitarios se han convertido en la clave para "poder detectar la presencia del insecto en sus primeras fases de infestación, ayudándonos a salvar las plantas y prevenir futuras infestaciones", reconociendo que "el problema continúa por lo tanto latente y vamos a seguir trabajando para la conservación de nuestro palmeral".
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