A pocos días del inicio del Jubileo, Año Santo en el que se esperan en Roma 30 millones más de visitantes que en 2025, los precios se han disparado en sus zonas más céntricas y en el mercado del alquiler, una situación insostenible para muchos turistas y residentes.
En el centro histórico, repleto de turistas, hoteles y pisos de alquiler breve, los vecinos y sindicatos se quejan del aumento extremo de precios.
"Un café o botella de agua pueden llegar a costar 4 euros, un 300% más que el precio medio", denunciaron dos de los grandes sindicatos de Italia, CGIL y UIL, en una carta enviada en noviembre al alcalde, Roberto Gualtieri.
Entre los turistas que pasean cerca del Vaticano, Ester Joge y Brayan Méndez, una pareja de Guatemala con su hijo pequeño, asegura haber encontrado precios más elevados de lo esperado.
"Vimos que en menús de restaurantes tacharon los precios para subirles el coste", comenta a EFE Joge, que remarca que la comida es lo que le pareció "más caro de todo", mientras Derek Ivory, turista irlandés, lo ha notado menos por "los precios altos en Dublín".
Lo cierto es que en la zona hay locales que venden el café con leche a 5 euros y los cócteles llegan a los 14, en tanto que la tienda oficial del Jubileo vende suvenires con el logo, como camisetas a 16 euros y sudaderas a casi 40, y ofrece a 29,90 euros el 'kit del peregrino', que incluye una mochila con un pañuelo, una gorra, un poncho una pulsera del rosario o una cantimplora, entre otros utensilios.
Daly, de 29 años, que trabajó estos años en restaurantes del centro como camarero, ha visto en los últimos meses un claro incremento de precios ante la numerosa clientela de turistas, dispuestos a pagar unos precios para una comida que muchos romanos no querrían asumir.
En el último restaurante donde estuvo, cerca de la Plaza San Pedro del Vaticano, el precio del café pasó de 2,50 a 3 euros. El pago por cubierto y servicio, pasó de 1,50 euros a 2,50 euros, dice Daly, que finalmente dejó su empleo y busca trabajo en sectores donde las condiciones laborales y salariales sean mejores.
El malestar por los precios en Roma derivó en una moción aprobada en el Ayuntamiento para mantener la inflación bajo control, mientras la ciudadanía lo tiene cada vez más difícil para acceder a la vivienda y obtener precios de alquiler asequibles.
La crisis de la vivienda, agravada por el Jubileo
Más allá del centro, en muchos barrios periféricos, los alquileres se han encarecido en gran medida en un mercado cada vez más limitado por el auge del alquiler turístico a corto plazo, una situación agravada por la llegada de millones de peregrinos durante el Jubileo.
"Hay habitaciones en apartamentos compartidos en mal estado y no reformados desde hace décadas que cuestan hasta 700 euros al mes", dice Fabio Carandente, joven de 33 años de Nápoles que se instaló en Roma hace un año y tardó más de tres meses en encontrar habitación.
"Busqué por todas partes y fue muy desalentador. Encontrar cuarto es peor que hacer una entrevista de trabajo. Estoy dentro de muchos grupos de Facebook y los precios son absurdos", remarca Carandente.
Según agrega, finalmente fue "afortunado" y halló una habitación en un piso con dos personas más por 300 euros al mes, aunque asegura que su caso no es usual: "Mis amigos pagan cuatro veces más", dice.
El Jubileo ha agravado el problema: el alquiler a la ciudadanía se reduce, pues muchos propietarios destinan sus casas a alquileres de duración breve para turistas en vista de la llegada masiva de visitantes y, ante tanta demanda, se han subido los precios.
"Hubo un último aumento de precios el último mes, desde noviembre, justo porque se acerca el Jubileo", comenta Paolo Berdini, urbanista y exconcejal de planificación urbanística en la ciudad, que sigue de cerca lo que ve como un problema de especulación que va en aumento.
Danilo Lodice, psiquiatra de 32 años, pagaba hasta 1.000 euros al mes por un pequeño piso de dos estancias y cocina, y tras dejarla, la propietaria del apartamento aumentó el precio a 1.200 mensuales.
Estas cifras coinciden con los cálculos de Berdini. Según este, la tendencia al aumento del alquiler es de entorno a 20 o incluso 30%.
"Hay 60.000 familias en Roma -unas 200.000 personas- que pidieron el acceso a vivienda social porque tienen problemas de acceso al mercado privado. Los alquileres son altísimos" y no hay medidas municipales que financien nueva vivienda pública, concluye Berdini.