Para destacar: la presencia, sobre todo por las tardes, entre semana, de numeroso público infantil y juvenil entregado a las actividades de animación o a los talleres y juegos, algo siempre importante, y según García “desde luego, de las pocas cosas que nos vanagloriamos es de que creamos cantera , o sea, que si captas al lector de hoy estás creando al cliente de mañana y esa es una de las cosas más bonitas que tiene este negocio”. Y en positivo, el hecho de volver a la Plaza de las Monjas, de donde nunca debió salir: “era imprescindible, este es el sitio, toda persona de Huelva que pase se tiene que tropezar con la feria del libro”, a pesar, como dijo García de que “este año entre elecciones y tal se ha hecho más tarde de la fecha habitual”. Ahora, desde hoy mismo, ya piensa en la feria del año que viene.
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