Como sabrás a estas alturas, la tradición hace que todas las mezquitas islámicas estén orientadas a La Meca, sin embargo, en la Mezquita de Córdoba no se cumple esta conocida norma.
Algunas de las explicaciones señalan a los Omeyas, la dinastía que construyó la mezquita. Procedían de Siria, donde las mezquitas se orientaban al sur porque La Meca se encuentra al sur de Siria, así que decidieron levantar la construcción con la misma orientación al sur.
Otros de los motivos podrías ser el trazado urbano existente en Córdoba. Estaba establecido desde la época romana, por lo que al empezar la gran obra, se adaptó a las calles y estructuras ya existentes, lo que obligó a orientas la Mezquita al sur, en lugar del sureste, que sería la dirección correcta hacia La Meca.
Y por último, la posible razón más sentimental. Se dice que Abd al-Rahman I, el fundador de la mezquita, prefería que la Mezquita mirara hacia el río Guadalquivir, que le recordaba a su hogar en Damasco.
Fuese com fuese, el caso de es que la Mezquita ha ganado un motivo más por el que destacar: su inhabitual orientación.
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