El profundo dolor que supone la pérdida de un ser querido se ve agravado en muchos casos por la preocupación que conlleva el tener que hacer frente a los gastos y gestiones asociados al fallecimiento. Numerosos estudios de asociaciones de consumidores alertan de que morir en España se ha convertido en todo un lujo que pone a prueba la economía de las familias.
Esta lamentable realidad ha provocado que cada vez más personas decidan contratar un
seguro de vida que permite recibir un adelanto del capital asegurado con el que cubrir no solo el coste de los servicios funerarios sino también hacer frente a los trámites de aceptación de herencia o del Impuesto de Sucesiones.
Un fallecimiento engloba hoy en día multitud de elementos como: adquisición del féretro, alquiler del tanatorio, preparación del cuerpo, coche fúnebre, esquelas, gastos del entierro o la incineración, entre otros, que sumados superan de media los 3.500 euros. Además, los servicios funerarios están gravados en España con un 21% de IVA y existen notables diferencias de precios entre las diferentes comunidades autónomas. Por poner solo algunos ejemplos, el precio medio de un modelo sencillo de ataúd supera los 1.000 euros y el de un centro o corona de flores común, los cien.
Esto ha provocado que poder ofrecer una despedida digna a un ser querido que no cuente con un seguro de vida o decesos pueda suponer un verdadero quebradero de cabeza para los familiares.
Un seguro de vida permite que en caso de fallecimiento del titular de la póliza, los beneficiarios de la misma recibirán una cantidad predeterminada de dinero, es decir el capital asegurado. Una de las principales ventajas de contratar un seguro de vida es ofrecer protección y tranquilidad ante el fallecimiento del asegurado. Supone una valiosa herramienta para poder seguir cuidando de los seres queridos incluso después de morir. Tal y como hemos explicado, los gastos asociados a una muerte implican un importante desembolso económico, por lo que muchas pólizas de vida incluyen la posibilidad de solicitar un adelanto de la indemnización que se puede destinar a sufragar los costos del sepelio o la incineración del asegurado.
Además, un seguro de vida garantiza al asegurado que sus familiares puedan mantener un nivel de vida adecuado a pesar de su fallecimiento. Por ello, contar con seguro de vida es fundamental cuando se adquiere un préstamo hipotecario, personal o se tienen deudas de cualquier tipo, ya que el seguro de vida permite a los herederos hacerles frente con el capital asegurado sin que peligren las propiedades ni su solvencia.
Por este motivo, a la hora de contratar un seguro de vida es importante evaluar la situación económica de la familia, teniendo en cuenta el número de miembros, si los hijos aún están estudiando, su estado de salud, si se tienen a cargo personas dependientes, etc. para que, en caso de fallecimiento, el capital asegurado garantice que puedan mantener su nivel de vida sin padecer desagradables sobresaltos financieros.
En conclusión, contratar un seguro de vida es una inversión inteligente en bienestar para nuestros seres queridos, que no solo garantiza que puedan ofrecer una despedida digna al fallecido, sino que garantice su futura seguridad financiera.
