Cádiz

Nuevas pistas para resolver todos los secretos del pecio del siglo XII de Cádiz

Entre los huecos de las cuadernas han aparecido semillas, especias como clavo y pequeñas piedras de añil e inscripciones del constructor

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  • Los restos del navío Delta I, hallado en la Bahía de Cádiz. -

La investigación desarrollada por el Centro de Arqueología Subacuática (CAS), dependiente de la Consejería y Deporte, sobre el pecio Delta I, extraído del fondo marino en julio pasado, arroja nuevas pistas para desvelar las incógnitas sobre el barco, hundido en el último tercio del siglo XVII y hallado en 2013 en las aguas de la Bahía de Cádiz durante las obras de construcción de la Nueva Terminal de Contenedores del puerto gaditano.

Milagros Alzaga, responsable del centro especializado en patrimonio sumergido del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), y la experta Nuria Rodríguez han adelantado algunos de los nuevos descubrimientos, gracias al trabajo que llevan a cabo en la carpa instalada en el muelle 5, durante una entrevista en ‘La Orilla’, el programa que dirige y presenta Pedro Espinosa en 7TV.

Por un lado, han explicado que durante las labores de limpieza “entre las cuadernas de la embarcación, han aparecido pequeños elementos como semillas, especias como clavo y diminutas piedras de añil” que pudieron ser transportadas en algún momento. Estas pistas servirán para completar un auténtico rompecabezas que, una vez resuelto, podría ofrecer información sobre el origen del barco, su nacionalidad y las razones por las que acabó bajo el mar, aunque se conjetura que el hundimiento pudo producirse por el huracán que sacudió Cádiz en 1771, fecha que aparece inscrita en una campana que apareció junto a los restos de Delta I.


Alzaga y Rodríguez también informaron durante su participación en 7TV que, “debajo de una tapa, hemos visto escrito el número doce en números romanos”, correspondientes dichas tablas a la cuaderna doce desde la proa. Queda por determinar si la construcción sigue la tradición inglesa o española y estudiar otras cuestiones de interés como la edad de la madera usada.

El objetivo último, apuntan, es aprovechar unos restos prácticamente únicos en el mundo para conocer al detalle la técnica utilizada para armar la embarcación, ante la falta de conocimiento concreto sobre ello actualmente.

 El análisis de las maderas se alargará hasta diciembre al menos, cuando el pecio vuelva a sumergirse para garantizar su conservación. A partir de ahí comenzará el estudio pormenorizado que puede extenderse hasta casi dos años.

Lo que se conoce ya es que se trata de un navío de construcción atlántica, robusto, con 50 metros de eslora, aunque solo se conservan 20, y otros 20 en la popa. Se han localizado diez cañones, 75 balas de hierro de cañón y maderas de Guayacán, de gran resistencia y a las que se atribuían usos médicos para curar la sífilis, el reuma y otras enfermedades epidérmicas, y una tabla con marcas de juego, un cuadrado con aspa y cruz  con pequeños orificios, tipo tres en raya, y un círculo con unas pequeñas incisiones de sección triangular como las utilizadas para el peligroso juego de los cuchillos.

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