Dicho lugar se convierte en uno de los lugares señalados en el el recorrido de todas las cofradías ya que allí se coloca la tribuna principal para autoridades y miembros del Consejo, además de numerosos palcos, que cambian totalmente el aspecto de la plaza. Para poder instalarlos, deben retirarse los elementos del mobiliario urbano que allí se encuentran habitualmente, como bancos y papeleras.
Así, una vez terminada la Semana Santa, se procedió a la retirada de la tribuna y los palcos, trabajo que se concluyó en escasos días. Sin embargo, no fue hasta ayer cuando los empleados municipales volvieron a colocar los bancos que se reparten por toda la plaza y que permiten el descanso a los viandantes en uno de los lugares más transitados de la ciudad, que estos días ha presentado un aspecto desolador, solo con el tránsito de personas, y sin esa típica imagen de personas mayores tomando un respiro, madres que observan a sus hijos mientras juegan o jóvenes con su ordenador portátil aprovechando que es una zona wifi.
De este modo, ya solamente resta por que recobre la normalidad tras la Semana Santa la plaza de la Catedral, donde aún permanece la rampa, y que tendrá que esperar ya que a finales del próximo mes de junio, concretamente día el 26, vivirá la procesión del Corpus Christi, para la que la rampa volverá a ser necesaria para acceder al Templo.
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