Sevilla

La plataforma exige cumplir la moción: "El ficus de San Jacinto se queda, vivo o muerto"

La Plataforma creada en torno al ejemplar centenario y la Mesa del Árbol piden a los responsables políticos una "reflexión" y que paren las talas masivas

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"El ficus de San Jacinto se queda, vivo o muerto". Esa es la petición principal que ha movido a la Plataforma en defensa de este árbol centenario y a la Mesa del Árbol, a la que se han unido otro medio centenar de asociaciones, entre ellas, Sevilla se muere, a volver a concentrarse aunque esta vez ha sido en la Plaza Nueva ante el Ayuntamiento para exigir que se cumpla la moción que se aprobó la semana pasada en el Pleno, pero al completo, es decir, la moratoria con los cuidados que requiera el ficus, y conservarlo en un jardín musealizado si finalmente se certifica su muerte.

Un centenar de vecinos llamados por las diferentes plataformas y entidades conservacionistas se concentraron ayer para reclamar su "revolución verde", la que consiguió parar tala de hace dos veranos fruto de una "inexplicable cadena de errores" y la que ha conseguido que el Pleno, con sus abstenciones, apruebe la moratoria para ver cuánto le queda de vida al ficus centenario de San Jacinto, para lo que han exigido que se le den los "cuidados reales que necesita, entre ellos, agua", y que se quede como ejemplo de "los errores o los pecados" si no sobrevive.

"No puede ser que primero se tale y luego se piense", aseguraba Javier Ros, presidente de la Plataforma del ficus, en referencia a las talas masivas que se están haciendo en la obra de la Línea 3 del Metro o cualquier otra intervención urbanísitica, por lo que ha pedido una "reflexión" a los representantes públicos para que "revisen sus decisiones" y eviten que sigamos siendo "la civilización más destructiva", dejando a un lado las "acusaciones mutuas".

En el mismo sentido se expresó el catedrático de Ecología de la US Jesús Castillo, quien fue muy crítico con la gestión del arbolado urbano en la ciudad de Sevilla y que relacionó con que su mantenimiento esté subcontratado, un "modelo erróneo" que mantienen PP y PSOE alternándose y al que unió la rémora y el lastre que suponen algunos funcionarios de la Delegación de Urbanismo, "que nos conducen a una burbuja climática", con un entorno degradado y que hace que el ciudadano se encierre en su casa, en su coche, en su centro comercial bioclimatizado.

Según Castillo, tiene la teoría de que cuando se realizó la tala masiva al ficus de San Jacinto, le quitaron demasiada masa fotosintética y le dejaron demasiadas raíces, de modo que el árbol está "respirando demasiado -raíces- y comiendo poco -hojas-", por lo que a su juicio, quizás reduciendo las raíces, se pueda compensar y el árbol pueda alimentarse con las pocas hojas que aún han estado saliendo.

Para Castillo, Sevilla "va en sentido contrario" en todo lo que tiene que ver con una ciudad habitable, poniendo como ejemplo que construyan una línea de Metro pero talen cientos de árboles con la excusa de que van a sembrar nuevos, sin percatarse de que tardarán tiempo en crecer y que, con el cambio climático, "lo pasan peor" para sobrevivir.

"El ficus de San Jacinto tiene que ser una bandera por la utopía de una ciudad verde, un horizonte por el que luchar más allá de las cortas miras del Ayuntamiento y dependerá de la movilización y de las acciones directas para presionar que hacen los propios vecinos", apuntó.

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