El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha calificado de "inexplicable" la exclusión del Rey Felipe VI de la toma de posesión de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y ha lamentado que la decisión venga de un Ejecutivo progresista y que por "interés político" no pueda haber la mejor de las relaciones entre los dos países.
"No podemos aceptar esa exclusión y por eso hemos manifestado la ausencia de cualquier representante diplomático en señal de protesta por una exclusión que consideramos inaceptable e inexplicable por el grado de relación que tienen España y México", dos países "hermanos", ha manifestado en rueda de prensa en Nueva York, donde interviene en unas horas ante la Asamblea General de la ONU.
El presidente del Gobierno ha confirmado que habló con Sheinbaum este lunes pero no ha querido entrar al detalle de la conversación por "discreción".
La presidenta electa ha explicado previamente que en lugar de invitar al Rey, que es quien suele acudir a las tomas de posesión de mandatarios iberoamericanos, había invitado a Sánchez ya que el monarca no respondió a la carta que le envió el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, en marzo de 2019 exigiendo una disculpa pública por la Conquista.
"Empatía" de España
Sánchez ha reconocido que le produce "enorme frustración" el hecho de que el gesto venga de un gobierno progresista como el mexicano y ha lamentado que "parece que no podemos normalizar relaciones políticas por algo con lo que España ha fijado una posición de empatía con la sociedad mexicana".
Preguntado expresamente sobre si considera que, como plantea López Obrador y ahora también su sucesora, debería haber una disculpa por los "agravios" de la época colonial, el jefe del Ejecutivo ha sostenido que "España ya ha manifestado su posición al respecto" a través del jefe de Estado y del Gobierno.
En su caso, ha recordado que como presidente y secretario general del PSOE ha expresado su "enorme gratitud" por la acogida que brindó el entonces presidente mexicano, Lázaro Cárdenas, "a cientos de miles de españoles que huían de la Guerra Civil y de la represión franquista" y que en "un gesto absolutamente revolucionario" incluso puso también a disposición barcos para su traslado.
"Yo reivindico ese México y esa España y me siento mucho más cerca y más próximo a esos valores", ha sostenido, para a renglón seguido expresar "una enorme tristeza por que dos países hermanos, dos pueblos hermanos, por el interés político determinado de alguno, no podamos tener las mejores relaciones políticas".
Y más, ha añadido, cuando se trata de dos gobiernos progresistas que comparten valores y también incluso políticas frente a determinados desafíos.
Afea el uso de la figura del rey
"Es una lástima el que se trate de utilizar la figura de nuestro jefe del Estado, el rey Felipe VI, en una polémica que desde luego no obedece al sentir de la sociedad española", ha subrayado, recalcando que en estas circunstancias el propósito del Gobierno es "defender nuestras instituciones y proteger a nuestras instituciones y no aceptar evidentemente algo inexplicable".
Así las cosas, ha incidido en que "son muchas cosas las que nos unen a México y a España, no solamente de pasado, sino de futuro". "Y esa hoja común que deberíamos estar construyendo ambos gobiernos, en términos políticos (...) se ven obstaculizadas por esta inexplicable e inaceptable exclusión de nuestro jefe del Estado", ha lamentado.