Impuestos y conciencia

Varios meses después de que se aprobara el impuesto que grava las bolsas de plástico de un solo uso y tras el paréntesis que el Gobierno andaluz dio a los comerciantes para que su impacto pudiera espaciarse en el tiempo, sin afectar al periodo de rebajas, el ciudadano de a pie llega al supermercado y se encuentra con que no sólo tiene que pagar por las bolsas de un solo uso sino que también tiene que pagar por las biodegradables, que no están gravadas por esta tasa impositiva, u optar por abonar las reutilizables. El objetivo de esta tasa, según la Junta, era evitar el excesivo consumo de bolsas de plástico de un solo uso gravando con cinco céntimos su distribución, una cantidad que se incrementará a diez céntimos el próximo año. No buscaban tanto incrementar el precio para que se dejara de consumir, sino que estas bolsas fueran sustituidas paulatinamente por aquellas reutilizables, por las recicladas o las biodegradables. Concienciarlos a todos.Sin embargo, en estos meses de prórroga el consumidor ha visto, sin que hubiera entrado en vigor el impuesto, cómo comenzaban a cobrarle las bolsas, tanto de un solo uso como las biodegradables, obligándoles a comprar las reutilizables y sin que su dinero fuera a las arcas públicas. Ahora que van a las arcas públicas, la conciencia y el peso del impuesto debería ser compartida.

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