Un equipo de astrónomos ha descubierto una galaxia en el universo temprano que está prácticamente 'muerta' y no puede formar nuevas estrellas. La razón es que en su centro alberga un agujero negro supermasivo que le está cortando el suministro de alimento.
La investigación, liderada por el Centro de Astrobiología (CAB) del CSIC-INTA y la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y basada en observaciones hechas con el telescopio espacial James Webb (JWST), se ha publicado este lunes en la revista Nature Astronomy.
La galaxia, denominada GS-10578, se formó en el universo temprano -unos dos mil millones de años después del Big Bang- y tiene una masa similar a la de la Vía Láctea.
Apodada 'Galaxia de Pablo', esta galaxia es demasiado masiva para un período tan temprano del Universo: su masa total es unos 200.000 millones de veces la masa de nuestro Sol, y la mayoría de sus estrellas se formaron hace entre 12,5 y 11,5 mil millones de años, cuando el Universo tenía un 15% de su edad actual.
Los astrónomos querían entender cómo se formaron las galaxias cercanas que son tan o más masivas que la vía Láctea y para ello, con la ayuda del Hubble, buscaron posibles progenitores de distintas épocas de la historia del universo.
"GS-10578 era lo que llamábamos una 'pepita azul', un posible progenitor muy interesante que se encuentra en una etapa evolutiva donde una enorme cantidad de estrellas, tantas como las que hoy se ven en la Vía Láctea, se formaron muy temprano y rápidamente en un volumen muy pequeño, con una enorme densidad", comenta Pablo G. Pérez-González, coautor principal del estudio en el CAB.
Al observarla con el Webb, el equipo vio que la galaxia está expulsando grandes cantidades de gas a velocidades (de unos mil kilómetros por segundo) y que estos vientos rápidos estaban siendo "expulsados" de la galaxia por el agujero negro.
"Encontramos al culpable. El agujero negro está matando a esta galaxia y manteniéndola inactiva, al cortar la fuente de 'alimento' que necesita para formar nuevas estrellas", explica Francesco D'Eugenio, del Instituto Kavli de Cosmología de Cambridge.
"Las estrellas que vemos en GS-10578 no son muy jóvenes, a eso nos referimos cuando decimos que la formación estelar se ha apagado. Sin embargo, aún persisten algunas propiedades intrigantes de esta galaxia, como la gran emisión en el infrarrojo medio y lejano que apunta a la presencia de nubes de polvo alrededor del agujero negro supermasivo o un brote de formación estelar reciente que está tan oscurecido por ese polvo que es completamente invisible con nuestros datos actuales de JWST", añade Pérez-González.
Aunque modelos teóricos anteriores habían predicho que los agujeros negros tenían este efecto en las galaxias, antes de Webb no había sido posible detectar este efecto directamente.
Modelos anteriores habían predicho que el fin de la formación estelar tiene un efecto violento y turbulento en las galaxias, destruyendo su forma en el proceso pero las estrellas de esta galaxia en forma de disco todavía se mueven de forma ordenada, lo que sugiere que no siempre es así.
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