La neuróloga del hospital Reina Sofía de Córdoba Marta Recio, ha explicado que "muchas personas no consultan porque creen que es un problema leve"
El abordaje precoz de la migraña es fundamental para evitar la cronificación de esta patología, de la que entre el 1 y el 2 % de los pacientes acaban por padecerla de forma crónica, siendo el uso excesivo de la automedicación una de las principales causas.
Se trata, además, de una enfermedad muy prevalente, ya que más del 12 % de la población la padece, con mayor afectación en mujeres (entre 20 y 50 años) y que constituye una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial, según un comunicado del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
Sin embargo, es una enfermedad infradiagnosticada e infratratada y hasta un 25 % de los pacientes puede tener retraso en el diagnóstico de hasta seis años.
Esta semana se ha conmemorado el Día Internacional de Acción contra la Migraña, una cefalea que se caracteriza porque la persona sufre episodios recurrentes de dolor de cabeza, de intensidad moderada o grave, que pueden durar horas o días, y que producen una falta de autonomía para el desarrollo de actividades diarias en muchos casos.
La neuróloga del hospital Reina Sofía, especializada en esta patología, Marta Recio, ha explicado que "muchas personas no consultan porque creen que es un problema leve, que además padecen otros familiares y con el que aprenden a convivir".
Y esto es importante porque según señala la neuróloga, en el desarrollo de esta enfermedad la genética también juega un papel fundamental. De hecho, "los últimos estudios publicados sobre la materia apuntan que hay genes relacionados con la migraña y hay agregación familiar".
En cuanto a los síntomas de esta patología, la neuróloga ha señalado que "suele ser hemicraneal y pulsátil. Se acompaña de sonofobia y fotofobia, náuseas y vómitos y empeora con la actividad física".
Pero no sólo es dolor, ya que en las fases de la migraña se produce una sucesión de síntomas neurológicos como fatiga, irritabilidad, dificultad de concentración, cambios de humor, bostezos, o apetencia por determinados alimentos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la frecuencia e intensidad, ya que la migraña tiene un curso clínico fluctuante donde pueden existir periodos de remisión o recidiva, con variaciones en la frecuencia o características de las crisis.