El acusado de pegar y violar siete veces en un día a su novia acepta ocho años y medio de cárcel

Publicado: 27/04/2011
A lo largo de ese día la violó hasta en siete ocasiones, impidiéndole que se vistiera, para lo que "le partió el chaleco y le cortó las sandalias"
El hombre acusado de maltratar, amenazar de muerte y violar hasta en siete ocasiones en un mismo día a su pareja sentimental, todo ello mientras la tenía encerrada bajo llave en su propio domicilio de la barriada de San Jerónimo de la capital hispalense, ha aceptado una pena de ocho años y seis meses de prisión, según han informado a Europa Press fuentes del caso, quienes han recordado que la Fiscalía solicitaba inicialmente 27 años y cuatro meses de cárcel.

En este sentido, las mismas fuentes consultadas han explicado que el juicio, cuya celebración estaba prevista para la mañana de este miércoles en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla, no ha llegado a celebrarse después de que el procesado se haya conformado con la imposición de una pena de ocho años y medio de prisión y el pago de una indemnización de 18.000 euros.

Al hilo de ello, las fuentes han precisado que el imputado ha aceptado cinco años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual; un año y medio por detención ilegal; diez meses de prisión por un delito de maltrato habitual; siete meses y 15 días por dos delitos de lesiones, y medio año por un delito de amenazas, así como una multa por quebrantamiento de condena.

Para la imposición de la pena, se han tenido en cuenta las atenuantes de drogadicción, pues la propia víctima reconoció que el imputado había consumido cocaína y hachís la noche en la que fue violada, el día 9 de octubre de 2009, así como la atenuante de reparación del daño, pues el procesado ha abonado ya 15.000 de los 18.000 euros de la indemnización impuesta.

LOS HECHOS

Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado, identificado como J.A.M.N., mantuvo una relación sentimental con la víctima, M.A.S.L., desde el año 2007 hasta junio de 2009, cuando le propinó una bofetada. Además, añade que en la madrugada del día 19 al 20 de junio de 2009, estando ambos en el piso que compartían y tras mantener una discusión, la golpeó causándole lesiones que tardaron en curar ocho días.

Tras ello, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 4 de Sevilla dictó sentencia en la que acordó prohibir al imputado que se acercara a la víctima a menos de 500 metros, "pese a lo cual y de forma intencionada ha venido incumpliendo" dicha obligación, señalando que entre los meses de agosto y septiembre de 2009 la víctima "reanudó y rompió la relación varias veces" con el procesado, con el que llegó a convivir varios días en los que el acusado "llegó a decirle que la iba a matar a ella y a su familia".

Asimismo, en septiembre de 2009 el encartado "le dijo que quería que volviera con él, y que le iba a buscar la ruina", mientras que sobre las 22,00 horas del día 9 de octubre de 2009, la víctima se encontró en la calle con el procesado, quien "la agarró de la muñeca y empezó a tirar de ella, volviendo a pedirle que reanudara la relación", tras lo cual ella lo acompañó a su domicilio, "donde se inició una discusión por motivos de celos" del acusado.

En ese momento, el procesado "llegó a registrarle el bolso, le tiró la ropa al suelo" y, ya en la madrugada del 10 de octubre de 2009, "le tiró la medicación por el inodoro, le cogió el DNI y se apoderó, con ánimo de enriquecimiento injusto, de 70 euros, mientras la mantuvo despierta toda la noche". El fiscal agrega que, sobre las 6,00 horas y tras reconocer ella que sí había mantenido relaciones con un conocido de ambos, el acusado le propinó puñetazos en la cabeza, la cara y las piernas.

LEJÍA POR LA CARA

De igual modo, el fiscal relata que la víctima "no tenía acceso a las llaves de la vivienda", ya que el imputado "las tenía escondidas debajo del colchón, llegando a tenerla retenida en contra de su voluntad", y añade que a lo largo de ese día la violó hasta en siete ocasiones, impidiéndole además que se vistiera, para lo que "le partió el chaleco y le cortó las sandalias, tirándole la ropa que llevaba a la basura".

Además, y para evitar que gritara, le puso en la boca precinto de embalar y un trapo de cocina, llegando a atarle las manos con el precinto, echándole lejía por la boca, negándole comida y aseo y escupiéndole en la cara. A lo largo de la tarde, añade el fiscal, el acusado le dijo en varias ocasiones, "con una navaja en la mano, que le iba a rajar el cuello y, en una ocasión, le puso la navaja en el cuello y le dijo que si gritaba la mataba".

El fiscal indica que el acusado llegó a esgrimir contra ella una porra, "diciéndole que se callara, que la mataría cortándole el cuello y que luego abriría el gas para matarse él", y ese mismo día 9 de octubre "le llegó a poner una funda de sofá y una manta en la cabeza, llevándola a la habitación para golpearla". Por estos hechos, la víctima sufre ansiedad, angustia, pesadillas e insomnio, "por lo que se objetivan secuelas psicológicas".

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