Taiwán probó este martes algunos de sus principales misiles de precisión durante unas maniobras en el extremo meridional de la isla, con el objetivo de “verificar la efectividad del entrenamiento de las tropas y la capacidad de comando y control en operaciones de defensa aérea conjunta”.
Los ejercicios tuvieron lugar en el condado sureño de Pingtung, concretamente en la base de Jiupeng, en donde la Fuerza Aérea llevó adelante el lanzamiento de dos misiles Patriot PAC-II, de fabricación estadounidense, y de un misil Tien-Kung III, de producción nacional.
La Armada también participó en estas maniobras mediante el despliegue de una fragata lanzamisiles, que se encargó de probar el proyectil tierra-aire RIM-66.
“Todos los misiles lanzados hoy han alcanzado sus objetivos con éxito. Esto demuestra dos aspectos: el primero, que el entrenamiento de nuestro personal militar es muy sólido; el segundo, que nuestro equipamiento ha sido verificado a través de todo el proceso de validación y de tiro real”, aseguró el portavoz del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán, Sun Li-fang, ante los medios de comunicación.
Según la prensa local, el Ejército también aprovechó las maniobras para probar la versión mejorada del Hsiung Feng II-E, un misil de crucero con un alcance de 1.200 kilómetros, lo que significa que tendría la capacidad de atacar el territorio continental de China.
Sin confirmar ni desmentir estos rumores, el portavoz del MDN subrayó que todos los ejercicios “se llevaron a cabo de acuerdo al plan anual” de las Fuerzas Armadas.
“Algunos de los misiles probados son más sensibles, por lo que no comentaremos qué tipo de misiles se utilizaron en esos ejercicios”, aseveró Sun, en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias CNA.
La base de Jiupeng ha sido empleada durante décadas por el Ejército y por el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Chung-Shan (NCSIST), el principal desarrollador de armas en Taiwán, para probar nuevo armamento, y en muy raras ocasiones ha abierto sus puertas a los medios de comunicación.
La mayoría de expertos coincide en que los misiles antiaéreos y antibuque son los activos más importantes de Taiwán a la hora de contener una eventual invasión por parte de China, que considera al territorio autogobernado como una “provincia rebelde”.
Hace dos semanas, el presidente taiwanés, William Lai (Lai Ching-te), anunció su intención de aumentar el presupuesto de Defensa de la isla hasta un “máximo histórico” de 647.000 millones de dólares taiwaneses (unos 20.263 millones de dólares) en 2025, lo que constituye un salto interanual del 6 %.
De ser aprobado por el Parlamento, el presupuesto de Defensa supondrá alrededor del 20 % del gasto total del Ejecutivo para 2025 y representará cerca del 2,5 % del PIB.
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