Los fieles pudieron admirar el trabajo realizado por el orfebre isleño, Miguel Cuadro Belizón, que hasta ahora había realizado distintos encargos de menor porte y con una extraordinaria terminación, dado el cariño que pone en todo lo que hace y sus ansias por demostrar que es un orfebre profesional.
Miguel Cuadros ya entregó el año pasado un juego de ciriales para la hermandad del Santo Entierro, que dentro del estilo de la urna la precedieron. También ha realizado pequeños detalles como llamadores, ráfagas, puñales u otras pequeñas joyas para colocar el pecherín de las dolorosas. Estos candelabros de cola suponen hasta el momento la obra de mayor porte y todo dentro de las dificultades que entraña también la necesidad de contar con un taller y mucho espacio.
El público que apreció los candelabros al final de la ceremonia religiosa, valoró el trabajo de Miguel Cuadros, miembro a su vez de la junta de gobierno de la hermandad de las Tres Caídas. Algunas cofradías isleñas han decidido apostar por los profesionales de San Fernando, de ahí que un grupo de hermanos y devotos de la Virgen del Amor decidieran encargar al orfebre isleño estos candelabros de cola que brillaban con su extraordinario baño de plata y sus peculiares remates.
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