En torno a medio centenar de personas han participado esta tarde por diversos colectivos integrantes de la Comisión 8M Cádiz en una performance en la playa de La Victoria para advertir de la violencia de género.
La portavoz del colectivo, Alba Martínez, ha explicado que un grupo ha discurrido por la orilla, portando carteles en los que se lamenta que se hayan producido catorce asesinatos (incluyendo a dos menores y la madre de una de las mujeres) a manos de sus parejas en solo 16 días y alertando de que “el machismo no para de va de vacaciones, ni en festivos, ni en Carnaval de verano, ni por que juegue la selección, ni por los Juegos Olímpicos”.
Por el Paseo Marítimo, activistas han exhibido los nombres de las víctimas durante este año en letreros.
La Comisión 8M Cádiz se pregunta “¿qué falla en la lucha y el freno contra la violencia machista?, ¿por qué no hay más y mejores recursos?”.
En este sentido, responde que en 2023 “se dieran menos órdenes de protección a mujeres migrantes en comparación con las mujeres autóctonas puede tener que ver que el número de asesinadas extranjeras fuera tan alto porque el racismo estructural pone en mayor peligro a ciertas mujeres que son aún más vulnerables”.
Además, lamenta que “no solo el sexismo es un problema a la hora de cuestionar si una mujer ha sido violentada o si ‘hizo algo malo para merecerlo; hace poco una sentencia exculpaba a un violador porque las víctimas eran menores gitanas, considerando que ellas ‘normalizan esta violencia en su cultura”.
El colectivo también apunta que “el edadismo hacia las mujeres mayores justifica violaciones en los centros de mayores porque ‘se les hace un favor’, considerando como deseable la agresión para esas mujeres que pasaron a ser invisibles”.
Y, finalmente, señala que “la gordofobia minimiza las voces de las mujeres gordas a quien nadie cree que fueron agredidas porque ‘quién iba a querer violar a una gorda”.
La Comisión 8M Cádiz denuncia, ante todo esto, que “parte de la sociedad ha asumido los discursos negacionistas mientras siguen visibilizándose casos de violencias sexuales entre la población joven”.
Por ello “darle prioridad política, económica y social que esta lacra merece”, y abordar su lucha “con una mirada plural, diversa e interseccional que tengan en cuenta la cuestiones desde la complejidad y ponga también el foco en trabajar las masculinidades y sus alianzas”.
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