Restaurantes vacíos, tiendas sin apenas clientela, playas donde aún caben toallas... La alta temporada turística en las costas de Turquía, que normalmente se caracteriza por el "todo completo", flojea este año a causa de la alta inflación.
Varios hoteleros de la costa egea y mediterránea turca han señalado a EFE que hay una evidente bajada respecto al año pasado, especialmente en el turismo local.
Özer Koçak, dueño de un hotel en Karaburun, situado en la zona de Esmirna, donde hay sobre todo turismo local, explica a EFE que el número de huéspedes ha caído a la mitad con respecto al año pasado.
"La razón principal es la crisis económica. Hay dos playas frente al hotel; una es gratis y está llena de gente. En la otra se alquilan tumbonas: no hay casi nadie. La gente que sale de vacaciones tiene mucho cuidado de gastar lo menos posible", agrega el hotelero.
El Instituto de Estadística turco (TÜIK) registra 16 millones de visitantes extranjeros a Turquía en el primer semestre del año, un aumento del 14 % respecto al mismo periodo del año pasado (14 millones), pero este dato no se puede extrapolar a los dos meses de verano que concentran el turismo masivo de playa.
Además, señalan una caída interanual del 4 % en turismo local, y un 12 % en pernoctaciones de locales para el primer trimestre de 2024.
Menos gasto
Mehmet Zorlu, propietario de un restaurante en Kas, una ciudad turística popular en la costa mediterránea, observa "un cambio en la calidad del turismo".
"Si el año pasado teníamos 100 turistas, ahora son 80. Y muchos extranjeros ya no vienen para disfrutar, comer y descansar sino para ver el país; gastan menos dinero. Los turcos llegan ahora con tiendas y autocaravanas", dice Zorlu a EFE.
"Nuestras ventas para Turquía se han reducido respecto al año pasado mientras que han aumentado las de viajes al extranjero. Es por la subida de precios de los hoteles turcos", confirma a EFE el dueño de una importante agencia de viajes turcos que pide el anonimato.
"Quienes tienen un visado europeo prefieren ir al extranjero. Con Grecia ofreciendo precios más bajos han aumentado nuestras ventas de tour de islas griegas", agrega.
Visado fácil para Grecia
El acuerdo que desde diciembre pasado permite a los ciudadanos turcos visitar 10 islas griegas con un visado de 7 días que cuesta 60 euros y es fácil de obtener, si se demuestran fondos bancarios y reserva de hotel, ha acentuado esta tendencia.
"El flujo hacia las islas griegas no importa en Antalya o Marmaris, donde el 90 % del turismo es extranjero, pero sí en Çesme, que vive del turismo local y justo enfrente tiene la isla griega de Quíos", explica a EFE el economista Emre Deliveli, dueño de un hotel en Marmaris.
"Una de las razones de la bajada del turismo nacional en nuestra zona es el visado fácil para las islas griegas: quien tiene dinero va a las islas, porque comer allí sale más barato", corrobora Koçak.
El número de visitantes de fuera del país no se ve tan afectado, estima Deliveli, porque el encarecimiento resulta moderado en el sector del "todo incluido", que fija tarifas en euros o libras esterlinas con un año de antelación para su venta a través de agencias de viaje.
Inflación del 71 %
"El turista nota la diferencia una vez que haya llegado. Entre que la inflación es del 71 % y la lira ha bajado solo un 17 % en un año, la subida efectiva en euros es del 40 %", recuerda este analista.
"Quien antes iba a cenar tres veces por semana a un restaurante, ahora va una sola vez. Vienen menos turistas, pero sobre todo gastan menos, y en las redes sociales no paran de comentar lo caro que resulta todo", agrega Deliveli.
Zorlu se queja de que en algunas tiendas y restaurantes, se piden al extranjero precios exorbitados, lo que "estropea la imagen de Turquía y acaba con el turismo".
Pero incluso sin picaresca, simplemente por la inflación, pasar unas vacaciones en la costa turca puede salir este verano más caro que hacerlo en el sur de España.