En cuanto a la Salud Mental, la continuidad en el tratamiento beneficia a la personas con enfermedad: puede producir una paralización del deterioro y un espaciamiento de los ingresos hospitalarios. Una de las manifestaciones de la enfermedad mental es la no conciencia de enfermedad, y por tanto la no admisión de la necesidad de tratamiento, esto determina que algunos enfermos graves entren en una espiral de entradas y salidas de los hospitales, con el consiguiente deterioro de su estado de salud.
Así, el TAT es el tratamiento menos restrictivo para los Derechos del paciente, pues trata de eludir el internamiento. Su aplicación es por la que lucha la FAEM, junto a otros colectivos, y para lograrlo ha comenzado una campaña de recogida de firmas por medio de los socios, allegados de estos y en los centros de Salud. Desde hace un mes que comenzaron y hasta la fecha, se han recogido ya más de 300 firmas para llevar el asunto al Parlamento.