La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Ángeles Carmona, cifra en casi 5.000 las pulseras telemáticas impuestas a maltratadores, en una entrevista a Europa Press. Además, recalca que se trata de una herramienta "muy eficaz".
"Tenemos en nuestro país casi 5.000 dispositivos electrónicos, las famosas pulseras telemáticas. Esto significa que hay cerca de 5.000 mujeres que están vigiladas 24 horas al día, todos los días del año, vía satélite, y que en el momento en que el maltratador se acerca a la distancia que haya impuesto el juez, se genera una alarma automática de tal manera que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad acuden para que no se produzca ese quebrantamiento de esa medida cautelar", asegura Carmona.
En este sentido, expone que se trata de una herramienta "muy eficaz", que está siendo "imitada" por países del entorno de España. "Sin duda alguna, cada vez se va imponiendo más para esa vigilancia que es muy eficaz", añade Carmona.
Igualmente, destaca la función de estos dispositivos electrónicos, ante las "miles" de medidas cautelares que se dictan a diario. Así, agrega que supone "una mayor seguridad y una mayor garantía" para proteger la vida de las víctimas.
En total, este año 27 mujeres han sido presuntamente asesinadas por sus parejas o exparejas, 1.271 desde 2003, cuando se empezaron a recabar datos. Por su parte, Carmona expresa su "repulsa" contra estos crímenes y traslada su pésame y todo su apoyo a las familias de las víctimas.
"En el Observatorio consideramos que todos los asesinatos son un error del sistema y por eso, como hacemos siempre, trataremos de aprender para poder corregir posibles errores y para poder tejer una red de protección de las víctimas lo más tupida posible", afirma Carmona.
En esta misma línea, incide en la necesidad de reforzar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), la utilización de los dispositivos electrónicos y la coordinación entre instituciones y entre los centros sanitarios. Así, matiza que, a veces, el médico es la primera persona que conoce la situación de riesgo.
También destaca la necesidad de la coordinación con los profesionales de la educación, que dice que pueden detectar cuando un niño puede ser víctima de violencia de género, tanto en el ámbito familiar, si están siendo testigos de que sus madres están siendo maltratadas, o también los casos de adolescentes. Estos últimos casos, añade que son niñas "muy jóvenes", de 13, 14 y 15 años, "muy vulnerables" que ya están siendo maltratadas por sus parejas o exparejas.
Según la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, más de la mitad de las víctimas de violencia de género de este año (55,5%) eran de otro país. En el caso de los presuntos agresores, esta cifra se reduce al 40,7%. Respecto a esta cuestión, Carmona indica que, en los últimos años, el número de mujeres extranjeras que son asesinadas se está elevando y que ello supone que son "especialmente vulnerables a la violencia".
Además, la presidenta del Observatorio añade que, entre las extranjeras asesinadas por violencia machista, se encuentra una estadounidense y otra italiana. "Es decir, mujeres que vienen aquí a España no como nos pensamos en pateras o en una situación de irregularidad, sino mujeres que vienen aquí de turistas", explica.
Igualmente, expone que la violencia de género "es un problema mundial que afecta a todas las mujeres del mundo" y recalca el trabajo que se ha realizado en España, que está "a la vanguardia mundial en la lucha contra la violencia machista".
"Por eso, debemos poner el foco especialmente en esa vulnerabilidad de las mujeres extranjeras y, desde luego, intentar que esas mujeres estén informadas y que sepan que aquí en España se denuncia y denunciando se pueden conseguir muchísimas herramientas de seguridad, muchísima protección como de hecho lo demuestran nuestros jueces cada día dictando muchísimas, miles de órdenes de protección y de medidas cautelares para proteger la vida y la integridad física y psíquica de esas mujeres y también de sus hijos e hijas", asegura.
Precisamente, de los 27 casos confirmados, únicamente cinco de ellos contaban con una o dos denuncias previas. En este sentido, Carmona dice que las instituciones tienen que hacerlo "muy bien" para que las mujeres confíen en el sistema. En todo caso, señala que "es muy difícil" dar el paso de denunciar y que hay que tener en cuenta que las mujeres están en una situación de peligro, y que tienen "muchísimo miedo" de su maltratador, así como a las represalias. "Estamos convencidos de que la denuncia salva vidas gracias a las órdenes de protección y gracias a la labor encomiable que hacen las Fuerzas y Grupos de Seguridad de Estado en la seguridad de la víctima y además no queremos que haya impunidad", afirma Carmona.
Además, la presidenta del Observatorio insiste en que la denuncia no debe recaer solo en la responsabilidad de la propia víctima, sino que cualquier persona conocedora de que una mujer está sufriendo violencia "puede y tiene que ponerlo en conocimiento de las autoridades para salvar una vida".
Por otro lado, en lo que llevamos de año han sido asesinados presuntamente por sus padres nueve menores. Se trata del dato de violencia vicaria más alto de toda la serie histórica, desde 2013, cuando empezaron a recabarse datos. Carmona tilda esta cifra de "aterradora".
"Los niños y niñas que sufren violencia de género son las personas más vulnerables de nuestra sociedad. Estos asesinatos se cometen con la intención de hacer daño a la propia madre, de vengarse de la propia madre por el simple hecho de haber querido verbalizar que quiere terminar esa relación", asegura.
Además, Carmona añade que, según el Tribunal Supremo, en los momentos de crisis de pareja, "es precisamente en los momentos en los que el maltratador se ceba con la mujer y también con sus hijos e hijas".
También ha explicado sobre los menores que sufren violencia de género, que están siendo protegidos, de tal manera que cada vez que hay una orden de protección los propios órganos judiciales suspenden los regímenes de visitas para que no tengan contacto con los maltratadores. "Esto es un delito público, perseguible de oficio y desde luego el delito más execrable que podamos imaginar", ha subrayado.
Finalmente, hace unos días la Generalitat Valenciana cambió el nombre de los cursos para policías locales de 'violencia machista' a 'violencia intrafamiliar'. Sin embargo, el gobierno valenciano rectificó después y dijo que serían de 'violencia sobre la mujer'. Sobre este tema, Carmona ha pedido "llamar a las cosas por su nombre". Así, ha explicado que las legislaciones directivas europeas e internacionales utilizan todos la misma nomenclatura para no confundir la violencia de género, la violencia que ejerce el maltratador con el fin de dominar a la mujer, con la violencia intrafamiliar, que es la violencia que existe entre otros miembros de la familia que conviven. Esta última ha indicado que tiene unas raíces "completamente distintas" y que, incluso, tiene un tratamiento legislativo diferente.
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