Un día como este sábado explotaba en el cuartel general que tenía el 'Führer' Adolf Hitler en Rastemburgo -hoy Ketrzyn, en Polonia- una bomba colocada por el conde Claus Schenk von Stauffenberg destinada a matar al dictador nazi que, sin embargo, sólo resultó levemente herido y no tardaría en desencadenar su represión contra los conspiradores.
La bomba de Von Stauffenberg formaba parte del 'Plan Valkiria', una tentativa de golpe de Estado gestada entre 1943 y 1944 dentro de la Wehrmacht como respuesta desesperada a la desfavorable evolución de la guerra en Europa.
Poco antes, el 6 de junio, había tenido lugar el desembarco en Normandía, la operación militar aliada que acabaría siendo crucial en la derrota del III Reich.
Entre los responsables de aquella frustrada tentativa de matar al tirano estaban el general retirado Ludwig Beck, el general de división Henning von Tresckow, el coronel general Friedrich Olbricht y otros oficiales de alto rango, aunque Von Stauffenberg fue quien se hizo responsable personalmente de llevar a cabo su atentado contra Hitler.
Von Stauffenberg, después de haber sido ascendido a coronel y recolocado como jefe de Estado Mayor del Mando del Ejército de Reserva, ganó tal posición en las altas instancias del III Reich que participaba en reuniones a las que asistía Hitler.
Von Stauffenberg falló del mismo modo que sus compañeros de conspiración, que debían levantarse contra el régimen en Berlín.
Aquella tentativa les costó la vida, pues los libros de historia recogen que entre 180 y 200 personas fueron ajusticiadas por el III Reich, fusiladas, colgadas o incluso estranguladas, tras la fallida bomba de Von Stauffenberg.
El propio Von Stauffenberg, y otros tres oficiales fueron fusilados sin juicio en el patio del edificio que hoy alberga el Ministerio de Defensa en Berlín.
Una nueva mirada a la historia
Hitler no murió en la explosión de su cuartel general de Rastemburgo, sino que se quitó la vida en su búnker berlinés el 30 de abril de 1945, con Alemania -y buena parte de Europa- destruida, y habiendo cometido su régimen el asesinato sistemático de seis millones de judíos europeos en la página más negra de la historia del Viejo Continente.
Con motivo del 80 aniversario del atentado, que pasa por ser el mayor acto de resistencia militar contra Hitler durante el III Reich, el Centro para la Historia Militar y las Ciencias Sociales (ZMSB) de Potsdam (este) recuerda a través de un nuevo dossier digital un momento histórico que podría haber dado un inesperado giro a la historia.
Además de una recopilación de documentos y análisis históricos, los expertos consultados por el ZMSB de Potsdam reflexionan sobre cómo ha sido la evolución histórica de la percepción de aquellos hechos.
Así, a principios de los años 50, los alemanes del oeste veían con cierta distancia el heroísmo de Von Stauffenberg y compañía.
La historia política hizo al héroe Von Stauffenberg
En 1951, uno de cada tres alemanes no vinculaba la fecha 20 de julio "a ningún acontecimiento o no tenía opinión", "otro tercio la veía con ojos críticos" y el otro 33 % veía bien la tentativa de asesinato contra el Führer', según John Zimmermann, integrante del equipo de investigadores que ha elaborado el dossier del ZMSB.
"El punto álgido de este sentimiento negativo se alcanzó en 1952: el 28 % pensaba que Alemania estaría mejor si no hubiera habido resistencia, y el 39 % creía incluso que podría haber ganado la guerra sin ella", agregó este investigador.
Si finalmente Von Stauffenberg terminó gozando de estatus de "héroe en la opinión pública" esto se debe a la "historia política" de Alemania, cuyas autoridades, en particular de la administración y el mundo académico, han convertido el 20 de julio en una fecha con la que recordar a un hombre que pudo haber asestado antes de tiempo un golpe mortal al III Reich, según Zimmermann.
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