El 25% de la población mundial tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida, porcentaje que subirá desde el 9 % actual de forma progresiva, mientras que en la actualidad el 48, 9 % de los jóvenes de 15 a 29 años aseguran haber sufrido alguno.
Así lo ha señalado el catedrático de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla Diego Munguía, que codirige el curso de verano ‘Mejorando la salud de personas con trastorno mental grave: estrategias prácticas para el cuidado integral’ en Carmona (Sevilla), donde ha señalado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) avisa de unas cifras “preocupantes” en este sentido en personas de todas las edades.
Ha señalado que el 10 % de los mayores de 75 años declara padecer un cuadro depresivo, el 6,7 % de la población está afectada por ansiedad y depresión y el 48,9 % de los jóvenes de entre 15 y 29 años considera que ha tenido algún problema de salud mental.
Diego Munguía ha señalado la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, el trastorno bipolar, los trastornos depresivos severos, los trastornos de la personalidad graves y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y, aunque no existe un perfil único de enfermo, hay factores de riesgo comunes, entre los que ha citado los antecedentes familiares, las experiencias traumáticas, el consumo de sustancias y el estrés crónico.
Además, ha alertado de “la invisibilización y la estigmatización” como los problemas más preocupantes a los que se han de enfrentar las personas con problemas mentales, “ya que sufren discriminación en muchos aspectos de la vida, como a la hora de acceder al mercado de trabajo, el acceso a los servicios y en sus relaciones sociales, por el aislamiento y el rechazo social”.
Así, es muy común que tengan dificultades para mantener amistades y relaciones familiares, problemas para llevar una vida autónoma y una mala salud física, “que deriva en otros problemas de salud como obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes, debido a los bajos niveles de actividad física y a los efectos secundarios de la medicación”.
En cuanto a los cuidadores, soportan una carga física y emocional que suele traducirse en problemas de estrés y ansiedad, “sin contar con el impacto económico de posibles gastos adicionales” en atención y tratamientos.
Por ello, la sanidad pública andaluza y española enfrenta “desafíos significativos” para atender adecuadamente a las personas con trastornos mentales graves en un contexto de “saturación del sistema de salud, escasez de profesionales especializados y falta de capacitación específica en terapias complementarias, como los programas de ejercicio físico, esenciales para la mejora integral de la salud de estos pacientes”, ha lamentado Munguía.
Aunque ha reconocido que en España existen recursos disponibles para atender a estas personas y sus familias, ha asegurado que ninguno de ellos cuenta con la figura del educador físico-deportivo “para implementar programas de ejercicio físico que mejoren la salud de esta población” a pesar de ser un “pilar esencial” en el cuidado integral de los pacientes porque “mejora significativamente los síntomas de depresión y ansiedad”.
El curso se desarrolla con el objetivo de capacitar a los cuidadores de personas con trastornos mentales proporcionando herramientas prácticas respaldadas por la evidencia científica para la mejora de su práctica diaria.
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