La cuantía media asciende a los 452,6 euros por hogar y suma una cuantía total de 107,6 millones de euros en la comunidad autónoma
Un total de 198.023 hogares andaluces en los que viven 612.453 personas han recibido en junio el Ingreso Mínimo Vital (IMV), cuya cuantía media asciende a los 452,6 euros por hogar y suma una cuantía total de 107,6 millones de euros en la comunidad autónoma.
En el sexto mes del año, hay 50.046 prestaciones activas más de las que había hace un año en Andalucía, lo que supone un incremento del 33,8 % y en cuyos hogares conviven 163.438 beneficiarios más que los registrados en junio de 2023 (+36,4 %), ha informado la Delegación del Gobierno en Andalucía en un comunicado.
En términos acumulados desde junio de 2020, cuando se puso en marcha esta prestación, en plena pandemia, el IMV ha llegado a 266.843 hogares y ha protegido a las 813.205 personas que forman parte de ellos, de los que más de 346.000 son niños, niñas y adolescentes, el 42,5 % del total.
Desde la entrada en vigor de esta política, la Seguridad Social ha destinado 3.173 millones de euros al abono de las nóminas de las prestaciones del IMV en Andalucía.
El 70,7 % de las unidades de convivencia receptoras de esta prestación en junio son hogares con menores (140.035), cuyo perfil supone el 40,1 % de los beneficiaros (245.635)
En cuanto a las vías de acceso a la prestación, los beneficiarios del IMV-CAPI (Complemento de Ayuda a la Infancia) este mes alcanzan en Andalucía los 143.885 hogares.
Esta modalidad de IMV supone una ayuda de 115 euros por hogar al mes en el caso de niños de 0 a 3 años, de 80,5 euros al mes por cada niño entre 3 y 6 años, y de 57,5 euros al mes por cada menor de entre 6 y 18 años.
Los beneficiarios del IMV también se caracterizan por tener un marcado perfil femenino, dado que en junio el 72,9 % de los titulares (144.460) y el 53,09 % de los beneficiarios (325.166) son mujeres en la comunidad andaluza.
El Ingreso Mínimo Vital es una prestación dirigida a prevenir el riesgo de pobreza y exclusión social de las personas que viven solas o están integradas en una unidad de convivencia y carecen de recursos económicos básicos para cubrir sus necesidades básicas.