Italia y Suiza abren este jueves los octavos de final de la Eurocopa 2024. Un duelo sobre el papel igualado entre la vigente campeona, en busca de una estabilidad deportiva tras años de vaivén continuo y del honor que le falta desde hace una década, y la sorpresa suiza que estuvo cerca de pasar como primera de grupo y que tiene una cuenta pendiente con la 'Azzurra'.
De los 59 partidos que han enfrentado a ambas selecciones en la historia, Suiza solo ha ganado en 8 ocasiones por las 28 victorias de Italia. Ninguna en el siglo XXI. La primera en 1991. También en 1920, 1934, 1939, 1954 -2 veces-, 1982 y 1993. Un histórico desigual que quizá ahora no refleja la verdadera situación de ambos combinados.
La última vez que se enfrentaron en partido oficial fue en la fase de grupos de la pasada Eurocopa que acabó ganando Italia. Fue un contundente 3-0 en favor de los italianos. Pero ese torneo fue un oasis en el desierto que encontró la 'Nazionale' entre las catástrofes mundialistas de 2018 y 2022, citas a las que no acudió.
Ahora, bajo los mandos de Luciano Spalletti, en lo que se presenta como un proyecto en construcción a largo plazo, Italia quiere encontrar esa estabilidad que tanto añora para colocarse de nuevo entre las candidatas. Fuera de la terna de favoritas, ha tenido la fortuna de esquivar la parte menos amable del cuadro con un gol sobre la bocina de Mattia Zaccagni que eliminó a la Croacia de Luka Modric y certificó matemáticamente el pase en el minuto 95, evitando enfrentamientos con España, Portugal, Francia, Alemania y Bélgica.
Pero ante Suiza lo tendrá complicado porque no podrá contar con Riccardo Calafiori, central del Bolonia, cumpliendo ciclo de amarillas. Es la única baja, aunque dolorosa al ser fijo en el esquema de Spalletti, de la 'Azzurra' para el duelo y su puesto lo pelearán Gianluca Mancini y Alessandro Buongiorno independientemente del esquema, que apunta a volver a ser con 3 centrales, como hizo ante Croacia, variando respecto a las dos primeras jornadas ante Albania y España.
Suiza, que rozó ser primera de grupo, lo tuvo en su mano hasta el tiempo añadido, cuando el alemán Niclas Fullkrug rescató un empate salvador para los germanos, fue una de las grandes sorpresas de la fase de grupos por su gran juego. Solo ha encajado 3 goles, uno por partido, y ha marcado un total de 5. Ante Italia formará con un once muy similar al de las tres primeras jornadas.
El duelo entre la vigente campeona y una de las sorpresas que se presenta igualado, con ventaja histórica para Italia, pero con la incertidumbre del momento actual por el que transita. El ganador alcanzará unos cuartos en los que se podría medir a Inglaterra, si ésta vence a Eslovaquia.
Por su parte, Alemania y Dinamarca, posibles rivales de España en cuartos de final, se citarán en Dortmund para reeditar 32 años después la final de Suecia 1992 con un duelo generacional de dos hombres clave, Ilkay Gündogan y Christian Eriksen, que podrían firmar su último encuentro en una Eurocopa en la que sus equipos pelean por aplazar el adiós de otros nombres ilustres.
En el ambiente del anfitrión sobrevuela aquel partido en el que Dinamarca se proclamó campeona cuando llegó al torneo invitada por la ausencia de Yugoslavia, a la que no dejaron participar en la Eurocopa de 1992 por la guerra. Esa historia, de la que han pasado más de tres décadas, no la vivió casi ninguno de los jugadores que estará sobre el terreno de juego este sábado y es una batallita que sólo interesa a la prensa y a algunos aficionados veteranos.
Y entre todos los nombres que casi ni habían nacido cuando se disputó aquella final que ganó 2-0 Dinamarca , aparecen Gündogan y Eriksen. Ambos, protagonizarán un duelo por el último pase, por servir al resto la victoria en bandeja y por cerrar el pase de sus selecciones a la siguiente ronda. El primero, con 33 años, y el segundo, camino de ellos, se verán cara a cara en una pelea que será decisiva para los intereses de Alemania y Dinamarca. Y, probablemente, será la última en una Eurocopa e incluso en un gran torneo, porque los años no pasan en balde salvo que te llames Luka Modric, Pepe o Cristiano Ronaldo.
Tanto Gündogan como Eriksen son importantísimos para sus selecciones. Juegan, hacen jugar y además rompen los partidos. Y, de momento, en esta Eurocopa, le ha ido mejor a Gündogan, que ha lucido más gracias a la mejor puesta en escena de su selección, que se postuló como candidata al título con dos victorias muy serias ante Escocia (5-1) y Hungría (2-0) y generó dudas en su tercer duelo con un empate frente a Suiza (1-1).
Eriksen, perseguido por el fantasma del paro cardíaco que sufrió la pasada Eurocopa, ha paseado su fútbol con lucidez pero ha sido penalizado por la falta de acierto de su selección, que controla bien los tempos del juego pero arriba no acaba de materializar su dominio con goles. Sus delanteros, Jonas Wind y Rasmus Höjlund, aún no han aparecido y el mismo Eriksen, con un tanto ha maquillado la desaparición de sus hombres referencia en ataque.
Igual que Gündogan, que está en la misma situación que otros nombres ilustres del partido como sus compañeros Manuel Neuer (38 años) y Toni Kroos (34) o el portero danés Kasper Schmeichel (37). Gündogan, como todos ellos, tampoco quiere decir adiós a una Eurocopa y espera dar una victoria asu afición con algunas novedades en el once de Alemania.