Paradojas cuánticas de la realidad social
Lo cuántico está muy de moda. Lleva de moda varias décadas ocupando lugar de honor en todos los foros de física. Ya en 2008 se enunciaban los ·”Misterios de la Economía Cuántica.”. nada más y nada menos que 10. Un verdadero decálogo que ilustraba las paradojas de medidas políticas que en lugar de resolver problemas creaban nuevos o agravaban los existentes. Algunos de ellos siguen funcionando a pesar de la incoherencia en el binomio problema-solución. Cualquier persona podría hacer el suyo, incluso superar el “mítico” decálogo. En esta ocasión se pueden referencial los siguientes: El primero: No hay trabajo para muchas personas, pero los representantes del pueblo hablan de que los que trabajan deben hacerlo hasta los 70 años. El segundo: Se dice que se combate el fraude fiscal amnistiando a los defraudadores. El tercero: ¡El consumo se desploma! Suben los precios, los salarios no suben en proporción y se suben los impuestos. El cuarto: Se dice que aumenta las contrataciones, se reformula las categorías de los contratos, para reducir las listas del desempleo, y en los entornos familiares se sigue padeciendo el paro y se despide a mansalva en las grandes empresas. En febrero de este año, ante la ola de despidos producidos en Google, Amazon, Meta, Microsoft se preguntaba Cristina J. Orgaz, de la BBC News Mundo, ¿Por qué siguen los despidos masivos en las grandes empresas tecnológicas pese a sus beneficios récord? Recientemente Seat y Vodafone han despedidos a miles de personas trabajadoras. Sin ir más lejos, Acerinox para “negociar” un convenio amenaza con despidos masivos. El quinto: Sube la presión fiscal al conjunto de la ciudadanía y mundo empresarial, pero los impuestos del 1% de las Sociedades de Inversión (SICAV) se mantienen. El sexto: La deuda del Estado y las administraciones públicas crece sin parar y publicitariamente se insta a la población al ahorro, de todo tipo. El séptimo: El desempleo en la Juventud se sitúa en torno al 50%, mayor incluso en personas tituladas y se siguen ofertando miles de plazas para cursar esos estudios. El octavo: Los dos grandes servicios sociales públicos, la Sanidad colapsa y la Educación se deteriora, mientras quienes gobiernan predican sus éxitos. El noveno: Pensiones tengas y te lleguen para vivir. Más tardíamente la juventud se incorpora al mundo laboral y en mayor precariedad y las familias se preguntan: ¿Tendrán suficiente tiempo cotizado cuando lleguen a los 70 años para tener pensión? ¿Y esta les permitirá vivir modestísimamente? El décimo: Sequía por falta de políticas hidrológicas, sobre todo agrarias, ya que la agricultura llega a consumir hasta el 80% del agua en España. Datos del Ministerio de Transición Ecológica del año 2021 muestran como de cada 100 litros, 80 son destinados a la agricultura de regadío.
Por aquello de saltarse el decálogo el Undécimo: Con todo estos problemas importantes, acuciantes, vitales y la clase política está en el limbo de la amnistía, que si la pareja de la presidenta, que el lio del hermano o de la esposa del presidente. Del tú más, porque en verdad, en verdad, ellos no tienen ningún problema, todos los tiene el contrario. Porque sólo esa clase dirigente considera tener la inteligencia suficiente para saber que todos los asuntos enunciados en el decálogo no son problemas. Son simplemente “POBLEMAS”. Porque si como comúnmente se dice “a cada problema su solución”, y los enunciados parecen no tenerla pasan automáticamente a la categoría de “POBLEMA”. No es un chiste pero basta verlos en los plenos del congreso como se rien… ¿Risas cuánticas? ¡Tal vez! Ya que siguiendo a Marta García-Matos, licenciada en física teórica por la U. Autónoma de Madrid y doctora en matemáticas, “En la historia de la física cuántica existen tres tipos de paradojas: las que desafían a la física clásica; las que desafían a la intuición y al sentido común, y las que desafían a la misma física cuántica.” Para el asunto que se aborda está claro que todas las paradojas expuestas están más allá de la intuición y del sentido común. Y sin duda la mayor de las paradojas es que quienes más padecen estas paradojas menos participan, aunque sólo sea votando.
Rafael Fenoy
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