Málaga

La afición se vuelca con el Málaga en un domingo de alegría por el ascenso a Segunda

Miles de aficionados han salido a las calles, en diferentes puntos de la ciudad, para festejarlo

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Málaga CF celebra el ascenso a la LaLiga Hypermotion.

Recibimiento a los jugadores del Málaga tras el ascenso a Segunda.

Recibimiento a los jugadores del Málaga tras el ascenso a Segunda.

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El templo malaguista de La Rosaleda ha sido el punto de partida, pero en el itinerario triunfar de los jugadores y cuerpo técnico que este sábado sellaron el regreso a la Segunda División del fútbol español, también han estado marcados en el mapa este domingo sobre la ofrenda a Jesús Cautivo), una visita a la Diputación de Málaga y al Ayuntamiento de la capital (las notas más institucionales), para poner el colofón de la ofrenda a la Divina Pastora, en plaza de Capuchinos.

Pero, ha sido sobre todo lo más sobresaliente, la marea humana que ha acompañado al autobús en el que ‘los héroes de Tarragona’ han hecho su triunfal rúa por la capital malagueña. Miles y miles de aficionados que han virado con cada gesto, cada grito, cada saludo de los jugadores.

Y era lo que se esperaba después de que ya de madrugada el domingo comenzara con miles de aficionados del Málaga recibiendo en el aeropuerto al equipo a su llegada a altas horas para seguir celebrando el ascenso a Segunda División, para dar continuidad a lo que ya se había vivido durante largo tiempo de la noche del sábado en la Fuente de las Tres Gracias o en la Plaza de la Constitución; también, en diversas vías céntricas del centro de la capital, como Calle Granada, donde también se han juntado miles de aficionados durante la noche. Una fiesta que ha continuado en la tarde de este domingo por otras partes de la capital.

Alrededor de 5.000 personas, según fuentes policiales, se acercaron de madrugada a la terminal de la Costa del Sol para empezar los festejos del hito del Málaga, que consiguió ascender a la segunda categoría marcando el 2-2 (4-3 en el global) en el descuento de la prórroga, casi en la última jugada, obra de Antonio Cordero, canterano de 17 años.

El aeropuerto, con todas sus plantas repletas de aficionados malaguistas, empezó a crecer en afluencia hasta alcanzar tal cantidad de gente que la Policía Nacional tuvo que establecer un cordón de seguridad para evitar riesgos de avalanchas a la llegada de los jugadores.

La expedición llegó pasadas las cinco y cuarto de la mañana, recogieron maletas y festejaron con el público malaguista hasta subir a un autobús rumbo a La Rosaleda, donde la plantilla se separaría para descansar.

Porque, tras una temporada llena de contrastes, de altibajos, y sin un fútbol espectacular, la épica concluyó con el empate en el último suspiro de un encuentro marcado por el comportamiento más que cuestionable de una parte de la afición Grana, que obligó incluso a suspender momentáneamente el partido cuando faltaban siete minutos para el final y el Málaga iba por debajo en el marcador.

Pero, todo eso es ya historia, las imágenes que nos han quedado finalmente en la retina es la de la marea blanquiazul que ha acompañado el paseo triunfal en autobús por la ciudad, que ha vibrado con el equipo consciente de lo difícil que ha resultado salir a las primeras de cambio del infierno de la Primera RFEF, y de lo complicado y perjudicial para un club con problemas institucionales que hubiera resultado continuar un año más en la tercera categoría del fútbol nacional.

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