La amenaza del cambio climático es especialmente grave para el litoral gaditano por su orografía. El presidente de la Junta Rectora del Parque Natural Bahía de Cádiz y decano de la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz (UCA), Javier Benavente, señala que “la línea de costa es baja, no cuenta con una sola colina”, de manera que es muy vulnerable a la erosión.
En una entrevista en La Orilla, el programa que dirige y presenta Pedro Espinosa en 7TV, explica que el fenómeno en estas latitudes es intenso por el cambio climático en el mundo, que provoca el ascenso del nivel del mar, pero también, como factor específico, “la falta de aporte sedimentario”. “Lo que construye las playas, las marismas y las dunas ha dejado de llegar por la construcción de embalses en las cuencas fluviales del Golfo de Cádiz”, detalla.
A todod ello hay que sumar los daños provocados por los temporales recurrentes. Si bien es cierto que “llevamos unos cuatro o cinco años” sin que se hayan registrado tormentas con la suficiente intensidad como para alterar las playas, recuerda la devastación de Emma.
“Parece que a las administraciones públicas se les ha olvidado y a la ciudadanía en general se les ha olvidado”, lamenta, pero “el desastre” ya ha azotado a la provincia y volverá a azotarlo, de acuerdo a las leyes de la naturaleza.
Todo esto conlleva, remarca, que el litoral gaditano pierda casi dos metros de playa anualmente. “No es un fenómeno lineal”, matiza. Hay casos peores, como en Los Toruños, en Valdelagrana y la Punta de los Saboneses, con retrocesos superiores, en 50 años, a los 250 metros, debido a obras como el alargamiento del espigón del Guadalete. En Fuentebravía, para frenar la erosión, la Dirección General de Costas ha realizado realimentaciones periódicas con gastos de más de un millón o un millón de euros. Sancti Petri, agrega, “cuenta con espacio de acomodación”, de manera que ha recuperado el equilibrio de forma natural, pero hay problemas en Camposoto por la construcción del parquin y la carretera, o en Cádiz capital, donde las playas son urbanas y finalizan directamente en el asfalto.
Benavente considera que es fundamental que las administraciones públicas pongan el foco y destinen los recursos económicos a la conservación de la costa fundamentalmente en las dos bahías, donde se concentra la actividad industrial y turística que impacta, igualmente, en el medio.
Por ello, celebra que Cádiz concurra con una candidatura formal para ser sede de un centro colaborador del Decenio de los Océanos de la Unesco, tras la alianza sellada por el Ayuntamiento de la ciudad, la UCA, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), el CSIC y la Zona Franca bajo el nombre y la imagen de OceaniCádiz, que muestra la robustez del ecosistema en economía azul, o la tramitación para declarar a los esteros de la Bahía de Cádiz como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial, garantizando de este modo la valiosa biodiversidad de los mismos y apostado firmemente por un modelo económico sostenible.
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