Decenas de personas se han concentrado durante la jornada de reflexión de este sábado en una iglesia cerca de la sede nacional del PSOE, en la madrileña calle Ferraz, tras autorizarlo el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) y pese a las críticas de los socialistas, que creen que los asistentes hacen uso de la religión como "arma política arrojadiza" con el fin de amedrentar a sus militantes y simpatizantes.
El rezo del rosario se ha producido en la jornada de reflexión de las elecciones europeas del 9 de junio a las puertas de la iglesia del Inmaculado Corazón de María, situada en la esquina de las calles Ferraz y Marqués de Urquijo. Los asistentes han portado banderas de España, imágenes de la Virgen y Jesucristo, así como rosarios y otros amuletos religiosos.
El TSJM avaló el jueves la convocatoria para rezar colectivamente el rosario cerca de Ferraz después de que la Delegación del Gobierno en Madrid la prohibiera por tratarse de la jornada de reflexión y jornada electoral, trasladando así una resolución de prohibición de la Junta Electoral Provincial, según el delegado Francisco Martín.
El promotor de estos rezos, José Andrés Calderón, decidió recurrir la prohibición gobernativa ante el TSJM, que finalmente permitió la concentración. El fallo judicial apunta a que no hay razones fundadas para considerar que esa concentración tenga la finalidad de captar votos y que no se puede prohibir cualquier reunión por coincidir en jornada electoral o día de los comicios, entre otros argumentos.
Tras esta decisión, el PSOE solicitó el viernes al TSJM que paralizase de manera cautelar la convocatoria alegando que se había vulnerado su derecho a la "tutela judicial efectiva" al no haber sido llamado como parte en dicho procedimiento y tampoco haber podido formular alegaciones "en defensa de los intereses electorales del Partido Socialista".
Tras recordar que anterioridad se habían producido rezos frente a la sede del PSOE en Ferraz vinculados a las protestas contra el Ejecutivo por la aprobación de la Ley de Amnistía, el Grupo Federal de Cristianos socialistas mostró su rechazo por "el uso de la fe cristiana" como "arma política arrojadiza con el fin de amedrentar a los militantes y simpatizantes socialistas".