En declaraciones a la agencia de noticias local Isna, el diplomático explicó que el combustible será descargado a petición de Rusia, país que colabora en la construcción de la planta y vigila su seguridad.
"Debido a las recomendaciones de Rusia, país que tiene la responsabilidad de acabar la planta de Bushehr, se sacará el combustible del núcleo del reactor durante un tiempo para nuevos análisis y cuestiones técnicas", señaló.
Sultaniyé agregó que ya se ha informado de la situación al OIEA y recordó que Irán "siempre ha señalado que su prioridad es que la seguridad (de la planta) se ajuste a las normas internacionales".
Irán anunció el pasado enero que la central de Bushehr se conectaría a la red de generación de electricidad en abril, tras varios retrasos.
Teherán comenzó a construir esa central nuclear en la década de 1970 con ayuda alemana, pero el proyecto se interrumpió por el triunfo de la Revolución Islámica, que en 1979 depuso al último Sha de Persia, Mohamed Reza Pahlevi.
La construcción se reanudó hace diez años con la colaboración de Rusia y las obras concluyeron el pasado verano tras múltiples retrasos.
Las autoridades nucleares iraníes anunciaron el 21 de agosto el inicio de la alimentación de combustible de la planta y aseguró que estaría lista para ser conectada a la red eléctrica en octubre o noviembre.
Sin embargo, ya en octubre dio a entender que tal conexión a la red eléctrica se retrasaría hasta principios de 2011, fecha en la que anunció que se pospondría de nuevo.
Numerosos expertos especulan con la posibilidad de que el retraso se debió al gigantesco ataque informático del virus "stuxnet" que sufrió el país en septiembre.
Aunque el régimen iraní admitió que varias centrifugadoras y miles de direcciones IP quedaron afectadas, Irán ha insistido en que la central no se vio perjudicada.
"Ya hemos dicho que el virus sólo afectó a los ordenadores personales de algunos técnicos, y no fue más allá", afirmó el entonces jefe del programa nuclear iraní, Ali Akbara Salehí.
Responsable iraníes han acusado a Estados Unidos e Israel de haber creado el gusano.
El programa nuclear civil iraní está bajo sospecha de la comunidad internacional, que teme que oculte un fin bélico, alegación que Teherán rechaza.
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