El Ejército ruso libra desde hace varias semanas dos guerras, una contra el enemigo ucraniano y otra contra la rampante corrupción que ha llevado a la detención de cinco generales en el plazo de un mes.
"La lucha contra la corrupción es una labor persistente. Esto no es una campaña, es un trabajo constante", dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en rueda de prensa.
Peskov niega que se trate de una purga, aunque la "limpia", como la definió el líder socialdemócrata en la Duma, Serguéi Mirónov, comenzó el 23 de abril, dos semanas antes de la destitución del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú.
El último capítulo se vivió este jueves con la detención del cuarto y quinto general implicado en casos de corrupción, entre ellos el jefe del departamento que debía garantizar el cumplimiento de los pedidos estatales de Defensa.
El presidente ruso, Vladímir Putin, no ha hecho ninguna alusión pública al tema y únicamente presidió una reunión en la que presentó a la plana mayor de Defensa y de las Fuerzas Armadas al nuevo ministro, el economista Andréi Beloúsov.
De hecho, y en una confirmación más de que la lealtad es la cualidad que más valora el jefe del Kremlin, Shoigú, amigo de alguno de los detenidos, asumió la secretaría del influyente Consejo de Seguridad de Rusia.
Los escándalos de corrupción coinciden con la necesidad de multiplicar la producción en la industria militar para abastecer a un ejército que avanza a marchas forzadas en el Donbás y en el frente de Járkov, donde ha tomado medio centenar de localidades en las últimas semanas.
Sobornos millonarios
El Fondo de Lucha contra la Corrupción del fallecido líder opositor ruso, Alexéi Navalni, ya había denunciado en 2022 la lujosa vida del viceministro de Defensa, Timur Ivanov, pero no fue hasta ahora que las autoridades decidieron tomar cartas en el asunto.
Ivanov, que no es militar de carrera, fue detenido hace un mes en su propio despacho por aceptar sobornos entre 2018 y 2023, que la prensa cifra en más de 10 millones de dólares.
Desde 2016 se dedicó a coordinar la construcción de proyectos como el cosmódromo Vostochni, lastrado por numerosos escándalos de corrupción; el megalómano parque militar Patriot o la reconstrucción de la ciudad ucraniana de Mariúpol.
Después le tocó el turno a Yuri Kuznetsov, el jefe del departamento de personal del Ministerio de Defensa, quien fue detenido también por aceptar sobornos. En su casa la policía requisó 100 millones de rublos (más de un millón de euros) en dinero, relojes y otros objetos de lujo.
El Estado Mayor queda señalado
Este jueves fue apresado el general Vadim Shamarin, jefe de la Oficina General de Comunicaciones de las Fuerzas Armadas por recibir entre 2016 y 2023 un total de 36 millones de rublos (casi 400.000 dólares) de una compañía privada.
Shamarin era también subjefe del Estado Mayor, lo que salpica al principal estratega de la campaña militar en Ucrania, Valeri Guerásimov, cuyo cargo estaba a salvo a mediados de mayo, según el Kremlin.
Le siguió sólo unas pocas horas más tarde el general Vladímir Verteletski, el responsable de las compras estatales de Defensa, arrestado por abuso de poder.
También cayó en desgracia esta misma semana Iván Popov, excomandante del 58 Ejército, por malversación de fondos destinados a construir fortificaciones en territorio ucraniano.
Popov, que comandó la defensa de la anexionada región de Zaporiyia, había sido apartado a mediados de 2023 por criticar al Estado Mayor, por lo que su familia y algunos medios consideran que su detención es un acto de represalia.
Tecnócratas con uniforme
La purga en las filas del Ministerio de Defensa ha coincidido con la llegada a la cartera de un grupo de tecnócratas que deben en poner orden las cuentas, que representan un tercio del presupuesto total para 2024 o unos 110.000 millones de dólares.
Beloúsov, que mantenía buenas relaciones con el fallecido Yevgueni Prigozhin, jefe del Grupo Wagner y enemigo acérrimo de Shoigú, y también es conocido por su animadversión hacia los oligarcas, será el encargado de gestionar esos ingentes recursos.
En los últimos años como número dos del Gobierno ya se encargó de coordinar la fabricación de drones, aspecto en el que Kiev lleva clara ventaja y que obligó a Moscú a importar miles de drones Shahed de Irán.
No será el único. Esta semana el Kremlin nombró como viceministro a otro economista, Oleg Saveliev, hasta ahora auditor de la Cámara de Cuentas y que sustituye al general Yuri Sadovenko.
Precisamente, varios conocidos corresponsales de guerra rusos han demandado una pormenorizada auditoría en el Ministerio de Defensa.