Pasados los dos meses de concurso, habiendo atravesado el ecuador del programa, cada vez es más común que los sentimientos de añoranza afloren cada vez más. A pesar de no ser su primera vez en Honduras, esto también le ha pasado a Kiko Jiménez, quien se desahogaba con Carlos Sobera a solas. Lo que no esperaba es que el presentador diera paso a una grabación de audio de Sofía Suescun.
Sin poder aguantar más las lágrimas, el concursante comenzaba a llorar al escuchar a su pareja: "Hola, mi amor. Tú también eres mi mayor deseo ahora mismo. Reconozco que muchas veces hecho en falta tu presencia para tranquilizarme y quitarme las preocupaciones, como tú sabes. Echo de menos también las interminables horas que nos pasamos comentándolo todo unas cuatrocientas mil seiscientas veces. Y, por supuesto, los paseos con nuestra Tresena. Soy muy fan del team que haces con María aunque a veces sois un poco capullines. Me río mucho con vosotros. Tus abuelos y tu madre no se pierden ni un programa. Ya estás en la recta final del concurso. Disfrútalo al máximo porque sólo unos pocos afortunados pueden vivirlo dos veces en la vida. Que siempre estaré ahí, aún separándonos 8.000 kilómetros de distancia".
Sin hacerle esperar más, daba la seña a Sofía Suescun para que saliera de su escondite y corriera a su encuentro. La pareja se fundía en un entrañable abrazo. Kiko, ojiplático y sin creerse que tuviera a su pareja delante, no paraba de mirarle y decirle "estás preciosa". Ella le preguntaba cómo se encontraba realmente y él, sin pensarlo dos veces, le tranquilizaba asegurando que se encuentra bien. "Estoy que me como el mundo" afirmaba en directo.
Aprovechando el reencuentro, Sofía le recriminaba la broma que hizo con Rubén a uno de sus compañeros y por la que le pedía que reconociera su error y pidiera perdón: "Ahí estuvisteis mal, que hay que reconocerlo. Y yo de ti espero que le pidas perdón, al menos por ese momento de ansiedad que pasó porque yo creo, en él, creo que el pobre lo sintió y pues no está bien eso".
Como no podía ser de otra manera, en su reencuentro no podía faltar la declaración de amor de Kiko hacia Sofía: "Ya lo sabía, pero me he dado cuenta aquí que eres la mujer de mi vida, pero la mujer de mi vida y quiero todo contigo, todo. Quiero todo. Quiero que seas la madre de mi hijo. Maite es la abuela también, pero... Y quiero también que nos casemos. Que nos casemos como nos gustaba, como nos gustaba a ti a mí. Lo siento Maite, pero va a pasar, es lo que hay. Te amo".
En este momento, todo el mundo esperaba expectante que Kiko se arrodillara para pedirle matrimonio a su pareja, pero ella, rápidamente, le impedía que lo hiciera: "No, no hace falta, no me gustan a mí esos compromisos, ni las situaciones, ni la atención. Yo soy feliz con él desde el principio". Carlos Sobera volvía a preguntarles si no querían terminar su encuentro por todo lo alto pero ambos se negaban, asegurando que no es su estilo y que no necesitan un anillo para sellar su amor.