Los funcionarios protestaron a las puertas del Parlamento
El Parlamento andaluz aprobó ayer, con el único respaldo del PSOE, el proyecto de ley de reordenación del sector público andaluz, una norma cuya tramitación parlamentaria no ha evitado el rechazo del PP, la abstención de IU, y las protestas de cientos de funcionarios a las puertas de la Cámara.
El texto, cuyo dictamen tiene incluidas 45 enmiendas de socialistas e IU (ninguna de las 42 del PP), implicará la reducción, mediante fusión o absorción, de 111 entidades públicas, lo que supondrá un ahorro de unos 118 millones y crear más de una decena de agencias públicas, cuyos estatutos empezarán a aprobarse tras la aprobación de la ley.
La ley es fruto de la decisión del Gobierno andaluz de llevar al Parlamento, para su tramitación como norma, un decreto de ley, que a su vez fue modificado por otro decreto, donde se incluían los acuerdos con CCOO y UGT, que tienen la mayoría de la representación en la Mesa General de la Función Pública, pero no en la Mesa Sectorial de la Administración General, donde CSIF es predominante.
Entre las modificaciones pactadas con CCOO y UGT se refuerza el papel de lo público y la voluntariedad de los funcionarios y empleados públicos en caso de ser traslados a una empresa pública.
Los funcionarios “han sido, son y serán la columna vertebral” de la función pública, según el diputado del PSOE José Caballos, quien acusó al PP de “manipular y mentir” porque la norma “nada dice” de quitar a los funcionarios el ejercicio de las potestades administrativas “directas e indirectas”.
Jorge Ramos (PP) lamentó la “total ausencia de diálogo” por parte del PSOE antes y durante el trámite parlamentario, recordó a los funcionarios que protestaban ante el Parlamento y se mostró seguro de que la ley quiere “montar toda la operativa de la huida del derecho administrativo”.
Pedro Vaquero (IU) alertó de que con la ley se corre el riesgo de que los actos administrativos puedan ser impugnados en el futuro y apuntó que se abstenían porque “no seremos muleta de unos o volver a la nefasta época de la pinza”.
A las puertas del Parlamento, miembros de plataformas y sindicatos de empleados públicos, que durante meses han realizado diversas manifestaciones, escenificaron, con la representación de un féretro, el “entierro” de la función pública, con una concentración con velas y personas vestidas de negro, aunque ya han anunciado que seguirán con las protestas.