"Hay mucha gente atrapada a causa de las inundaciones, nuestra prioridad es rescatarlas", dijo Hashimi
Más de medio centenar de personas murieron y decenas se encuentran desaparecidas en la provincia de Baghlan, en el norte de Afganistán, a causa de unas súbitas inundaciones, afirmaron este sábado fuentes del Gobierno interino de los talibanes.
"Según la información inicial, más de cincuenta personas han muerto en las inundaciones aunque el número podría aumentar, ya que las operaciones de búsqueda están en curso", dijo a EFE el portavoz del departamento de información y cultura provincial, Assadullah Mustafa Hashimi.
La fuente añadió que las autoridades han desplegado a equipos tanto civiles como militares para asistir en las tareas de rescate.
"Hay mucha gente atrapada a causa de las inundaciones, nuestra prioridad es rescatarlas", dijo Hashimi.
Además de causar el caos en la provincia y un número de víctimas que podría aumentar, las autoridades afirmaron que las súbitas inundaciones han provocado también numerosos daños materiales y paralizado la vida en Baghlan.
"Todo el casco antiguo (de la ciudad) de Baghlan se encuentra sumergido", dijo a EFE un residente de la localidad, que se identificó como Toryalai.
La destrucción no se limita únicamente a esta provincia norteña, sino que decenas de otras regiones del país asiático se han visto también afectadas por las incesantes lluvias de los últimos días.
"Estamos recopilando información sobre las víctimas, porque ha habido muchas inundaciones súbitas en otras provincias como Takhar o Kunduz", dijo a EFE un portavoz del Ministerio de Gestión de Desastres, Janan Sayeq.
Afganistán ha sido testigo de fuertes nevadas, intensas lluvias e inundaciones repentinas en los últimos meses, causando la muerte de más de 130 personas y la destrucción de miles de casas, según datos oficiales, a las que se suman el medio centenar en Baghlan.
El país asiático es uno de los más vulnerables del mundo al cambio climático y el menos preparado para adaptarse, de acuerdo con un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
A la vulnerable situación se suma la interrupción de buena parte de las ayudas internacionales y la congelación de los fondos del país, después de que los talibanes se hicieron con el poder en agosto de 2021.