La Premier League ha votado a favor de establecer reglas de control económico que toparán salarios y el gasto que los clubes ingleses podrán hacer en fichajes, con la única oposición del Manchester United, el Manchester City y la abstención del Arsenal. De esta forma, la competición inglesa sigue el ejemplo de LALIGA e imita un modelo que lleva años liderando el organismo presidido por Javier Tebas, con el objetivo de buscar la sostenibilidad de los clubes y del ecosistema que rodea al fútbol.
Entre las condiciones más destacadas del acuerdo, y que entrarán en vigor la temporada 2025/2026, los clubes que no participen en competiciones continentales podrán gastar hasta un 85% de su presupuesto en fichajes para apuntalar sus plantillas. En el caso de que los clubes que sí participen en la Champions League, Europa League o Conference League, el porcentaje se quedará en un 70%. Unos porcentajes que también incluyen a las comisiones de los agentes de jugadores.
El objetivo de estas medidas es atajar las diferencias entre los equipos con mayor poder económico y los más modestos, aunque se prevé que se cree un “anclaje” para controlar el tope anual para los clubes. Además, el gasto que realicen los clubes se haga con un sistema que tome como tope un múltiplo – que todavía estaría pendiente de cerrar – del montante que reciba el club que menos cobre en el reparto audiovisual.
La decisión viene precedida de sanciones a clubes como el Everton, al que la patronal de fútbol inglesa restó 6 puntos esta temporada por incumplir las normas de gasto, al igual que el Nottingham Forrest, que fue también castigado por la Premier con cuatro puntos menos este pasado mes de marzo, por superar en casi 35 millones de euros el tope de 61 millones que tenía para gastar en fichajes en el trienio de 2022 a 2025.
Este tipo de multas y penalizaciones en el campeonato inglés empiezan a hacerse efectivas, después de que la patronal haya estado postergando este tipo de medidas correctivas en los años anteriores, puesto que primaba un modelo económico a pérdidas y que permitía a sus clubes endeudarse sin control para reforzar plantillas o pagar salarios a jugadores.
Este modelo sigue la estela del implantado por LALIGA ya desde 2013, cuando acordó que entrase en funcionamiento una norma autoimpuesta por los clubes para garantizar la sostenibilidad financiera de las competiciones y de los propios equipos. Dicho control se hace de forma preventiva, y en paralelo a las medidas de Fair Play Financiero de la UEFA, por lo que los clubes saben de antemano qué presupuesto tienen disponible, por ejemplo, para firmar nuevos jugadores.
Sin embargo, a pesar de las diferencias de gasto en los últimos años entre los clubes ingleses y españoles, los resultados deportivos certifican que los equipos de LALIGA siguen reinado en Europa. Desde el comienzo del siglo XXI, los clubes españoles han ganado 35 títulos continentales, mientras que los ingleses han ganado 13, demostrando que el sistema económico a pérdidas que ha practicado la Premier no ha sido todo lo exitoso como se esperaba y que ahora llega a su final.
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