En Canarias, como en otros destinos turísticos tensionados, el frenético ritmo de crecimiento en visitantes amenaza con desbordar la capacidad del archipiélago. El pasado fin de semana decenas de miles de personas salieron a la calle en las ocho islas canarias bajo el lema “Canarias se agota”, para pedir un giro en el modelo turístico actual que amenaza con saturar el marco socioeconómico de la comunidad autónoma. Unas protestas protagonizadas por más de 57.000 personas (más de 100.000 según los organizadores) que se unieron entre las siete islas canarias para expresar su hartazgo ante un turismo masificado. Un crecimiento sin límites que acarrea consecuencias adversas como la gentrificación y la escalada de los precios de los alquileres, la saturación de las infraestructuras y la sobreexplotación de los espacios naturales.
El movimiento tiene la intención de celebrar nuevas convocatorias hasta que no se solucione el problema. Piden, entre otras cuestiones, una moratoria para la autorización de nuevas plazas hoteleras y pisos vacacionales, una ecotasa y la regulación de la compra de vivienda por parte de extranjeros. Las protestas han traspasado fronteras y países clave para el turismo español, como son Alemania y el Reino Unido, se han hecho eco de ellas, siendo una de las noticias más leídas del diario británico The Guardian.
Baleares en el punto de mira
El hartazgo ante el turismo masificado amenaza con trasladarse a otros destinos españoles como Baleares. En 2023 el archipiélago rompió todos los registros turísticos, recibió casi 18 millones de visitantes y el número de extranjeros superó los 14 millones. Una cifra que se incrementará este año, máxime cuando todas las previsiones apuntan al alza. La patronal de las agencias de Viajes, AVIBA habla de una temporada 2024 excelente con un flujo de turistas que podría aumentar en entre un 5 y un 7%. En este contexto, el sector turístico se mantiene alerta, las protestas podrían aguarle la fiesta con la saturación como principal amenaza frente a su éxito.
La presidenta del Govern, Marga Prohens, se ha apresurado a manifestar que “toma nota” de las movilizaciones que se han producido en Canarias y otras ciudades contra el modelo turístico y ha asegurado que el Govern trabaja para solucionarlo. Prohens reconoce que “muchos de los problemas que tiene Baleares en términos de movilidad, vivienda, mano de obra o, que cada vez cueste más traducir el crecimiento económico en bienestar, precisan que la administración se ponga a trabajar”. Para empezar a actuar acaba de anunciar la puesta en marcha un plan piloto para medir la carga turística en zonas específicas, subrayando la importancia de basar las decisiones políticas en datos concretos. Según Prohens, el objetivo del proyecto es utilizar herramientas tecnológicas para identificar los puntos críticos y garantizar una experiencia óptima para los turistas, así como preservar la calidad de vida de los residentes.
No matar a la gallina de los huevos de oro
Baleares, junto con Canarias, son dos comunidades cuya economía depende en su mayor parte del turismo. Atacar el turismo en Canarias, o en Baleares, no se presenta como una buena opción, aseguran desde el sector, ya que se trata del primer generador de riqueza en las islas. En Canarias el 40% del empleo y el 35% del PIB procede de esta actividad, motor de su desarrollo en las últimas décadas. Un bienestar económico que paradójicamente no se ha trasladado a los sueldos, Canarias es, con más de un 16% de desempleo, uno de los territorios españoles que tradicionalmente más paro registra y ocupa, junto a Extremadura el primer puesto en el ranking de los salarios más bajos en España.
En Baleares, el Govern ha realizado, a través de la Fundación Impulsa, un estudio para contabilizar el impacto económico y social del sector en las islas, que ha confirmado que “cada euro que entra de la mano de la demanda turística en el archipiélago activa de manera directa 44 de las 69 ramas de actividad, e indirectamente 66. En palabras de Marga Prohens, “el turismo en Baleares es mucho más que un sector, engloba prácticamente todas las ramas de actividad del archipiélago”.
Crecimiento y sostenibilidad, la cuadratura del círculo
Mejorar el equilibrio entre los efectos positivos del turismo minimizando el impacto que genera es el modelo aspiracional de Prohens para Baleares. Un crecimiento turístico y empresarial que sea responsable, proteja los recursos, cuide del medioambiente y no moleste a los residentes, ni genere inconvenientes a la población. La misma presidenta reconoce que “el crecimiento del 25% experimentado en los últimos ocho años no es sostenible” y que Baleares debe crecer en valor y no en volumen porque, entre otros motivos, si no se planifica, si no avanzamos en los retos, se crearán situaciones indeseables, tanto para residentes como para visitantes”, ha manifestado.
La oferta turística ilegal es una de esas situaciones indeseables y uno de los principales desafíos en Baleares. El reciente Decreto ley de medidas urgentes en vivienda aprobado por el Govern incluye la disposición de clausurar pisos turísticos ilegales, buscando combatir la economía sumergida que generan estos alquileres. Este decreto permite a los Consells cerrar estos inmuebles y compartir información con Hacienda para imponer sanciones. Además, planea realizar un censo para determinar cuántas licencias de viviendas turísticas se están utilizando y aumentar las inspecciones para identificar y sancionar a quienes operan ilegalmente.
La presidenta balear quiere para el archipiélago un modelo turístico de calidad y sostenible alejado de un turismo de excesos que incide negativamente en el medioambiente y en la imagen de las islas y genera problemas, en forma de altercados, molestias y tensiones con los vecinos. El Govern quiere acabar estas consecuencias indeseables y en estos momentos trabaja también en la reforma del Decreto de turismo de excesos en vigor aprobado por el anterior ejecutivo de Francina Armengol, que el actual Govern considera insuficiente. Prohens ha subrayado la importancia de fomentar otro tipo turismo más sostenible y enfocado en la cultura y el deporte, entre otros aspectos. “Baleares es mucho más que sol y playa, las islas son cultura, son deporte, son tecnología, son calidad, son oportunidades, empleos, transición energética, naturaleza, son el mar”, enumeró durante la última feria de turismo Fitur.
Conservar lo que funciona y desechar lo que no aporta valor
Prohens, ha decidido mantener la tasa turística para aliviar el exceso de visitantes que grava con cuantías en función del tipo de alojamiento y que, de momento, en España solo está implantada en Baleares y Cataluña, pero que es muy común en ciudades europeas. El Gobierno insular recauda alrededor de 12 millones de euros al año gracias a esta “ecotasa”, que va acompañada de otras medidas para proteger el territorio como la limitación del número de coches que accede a cada isla. El gravamen lo implantó la anterior presidenta socialista Francina Armengol –ahora presidenta del Congreso de los Diputados–, pero su sucesora popular, no se plantea su supresión, al contrario de lo que ocurrió en la Comunidad Valenciana al dar el relevo el Gobierno de Ximo Puig del PSOE al popular Carlos Mazón, que se encargó de su eliminación, tal y como figuraba en el pacto de coalición que firmó con Vox.
Sin embargo, la nueva Ley Turística que prepara el Govern sí levantará las moratorias de plazas fijadas en la pasada legislatura hasta 2026, una vez que cada Consell haya fijado su techo, aunque Prohens ha aclarado que “levantar la moratoria no quiere decir crecer sin límite”. El modelo turístico que Prohens tiene en mente para Baleares quiere favorecer "desde la libertad económica" la inversión privada y la sostenibilidad.
El Govern balear afronta uno de sus máximos retos: demostrar que sus recetas de gestión del territorio y los servicios son capaces de mantener a raya la masificación sin renunciar al crecimiento, siendo a la vez un modelo sostenible, competitivo y con una oferta atractiva. El archipiélago balear es una de las mayores potencias turísticas, pero debe ser un modelo sostenible si pretende seguir siéndolo.
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