Tras avisar a los servicios de emergencias de lo sucedido, tres coches de bomberos y seis efectivos se trasladaron hasta la zona, donde poco a poco se fueron acumulando un buen número de curiosos para presenciar la operación, en estos casos denominada “apertura de vivienda con peligro”, que se ejecutó con una escalera exterior de gran altura por la que los bomberos consiguieron entrar en el inmueble por una de sus ventanas.
Una vez allí dentro, comprobaron que el pequeño se encontraba en perfecto estado, por lo que afortunadamente todo quedó en un buen susto que esta familia tardará todavía varios días en olvidar. Mientras tanto, los transeúntes y coches que esperaban fuera observaban también la escena y su “final feliz”.
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