La Casa Blanca quiere que la agencia espacial estadounidense NASA desarrolle una nueva zona horaria para la Luna: el Tiempo Lunar Coordinado (LTC).
Debido a la diferente intensidad del campo gravitacional en la Luna, el tiempo allí pasa más rápido que en la Tierra: 58,7 microsegundos cada día, lo que puede tener un impacto significativo al intentar sincronizar naves espaciales. Si no se coordina el tiempo entre ellos, podrían surgir desafíos en el envío de datos y la comunicación entre naves espaciales, satélites y la Tierra.
Tal y como explica en un memorandúm de la Oficina para la Política de Ciencia y Tencología, el gobierno de Estados Unidos espera que el nuevo horario ayude a mantener coordinados los programas de exploración lunar públicos y privados en marcha y la futura colonización, informa la BBC.
Actualmente, el tiempo se mide en la Tierra mediante cientos de relojes atómicos estacionados alrededor de nuestro planeta que miden el estado energético cambiante de los átomos para registrar el tiempo hasta el nanosegundo. Si los pusieran en la Luna, dentro de 50 años correrían un segundo más rápido.
Actualmente, en la Estación Espacial Internacional se utiliza el Tiempo Universal Coordinado porque permanece en una órbita baja. Otro elemento sobre el que los países tendrán que ponerse de acuerdo es dónde comienza el nuevo marco temporal y hasta dónde se extiende.
Estados Unidos quiere que LTC esté listo para 2026 a tiempo para Artemis-3, la primera misión en regresar a la superficie de la Luna desde el Apolo 17 en 1972. Está previsto que aterrice en el polo sur lunar, que se cree que contiene grandes reservas de hielo de agua en cráteres que nunca ven la luz del sol.
Localizar y dirigir esta misión requiere una precisión extrema de hasta nanosegundos, errores en la navegación que podrían poner en riesgo que las naves espaciales entren en órbitas equivocadas.