El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha llamado este lunes al chef asturiano José Andrés, fundador de la ONG World Central Kitchen (WCK), para trasladarle sus condolencias por la muerte de siete de sus trabajadores en un ataque del Ejército de Israel contra el convoy en el que circulaban tras salir de un almacén tras descargar alimentos en la Franja de Gaza, en el marco de una misión humanitaria.
"Hoy mismo he hablado con mi amigo el chef José Andrés (...) para transmitirle mi más sentido pésame por la muerte de estos valientes trabajadores humanitarios y para expresarle mi apoyo constante a sus incansables y heroicos esfuerzos --y de su equipo-- por hacer llegar alimentos a las personas que pasan hambre en todo el mundo. Que dios bendiga a los trabajadores humanitarios que murieron ayer y consuele a sus seres queridos en su dolor", ha indicado.
Biden se ha mostrado "indignado y con el corazón roto" por la muerte de los siete trabajadores humanitarios, entre los que se encuentra un estadounidense, que se encontraban proporcionando alimentos a civiles "en medio de una guerra". "Eran valientes y desinteresados. Sus muertes son una tragedia", ha afirmado.
El mandatario estadounidense ha indicado que la investigación anunciada por las autoridades israelíes sobre por qué los vehículos de los cooperantes fueron objeto de bombardeos "debe ser rápida, debe exigir responsabilidades y sus conclusiones deben hacerse públicas", si bien ha sostenido que este caso "no se trata de un incidente aislado".
"Este conflicto ha sido uno de los peores de los últimos tiempos en cuanto al número de trabajadores humanitarios muertos. Esta es una de las principales razones por las que la distribución de ayuda humanitaria en Gaza ha sido tan difícil: porque Israel no ha hecho lo suficiente para proteger a los trabajadores humanitarios que tratan de entregar ayuda a los civiles que la necesitan desesperadamente", ha criticado.
Asimismo, ha sostenido que "Israel tampoco ha hecho lo suficiente para proteger a los civiles", mientras que ha indicado que Washington "ha instado repetidamente a Israel a que desligue sus operaciones militares contra Hamás de las humanitarias, para evitar víctimas civiles".
"Estados Unidos seguirá haciendo todo lo que esté en su mano para proporcionar ayuda humanitaria a los civiles palestinos de Gaza, por todos los medios disponibles. Seguiré presionando a Israel para que haga más por facilitar esa ayuda. Y estamos presionando mucho para lograr un alto el fuego inmediato", ha concluido.
El ataque tuvo lugar en la zona de Deir al Balá, en el centro de la Franja de Gaza y, los fallecidos tenían nacionalidad británica, polaca, australiana, palestina y estadounidense-canadiense. La ONG ha paralizado sus operaciones en el enclave tras el ataque.
Los trabajadores de WCK se encontraban en el enclave palestino en plena misión humanitaria, en colaboración con la ONG Open Arms, para establecer un corredor humanitario marítimo entre Chipre y Gaza y sortear así las enormes trabas impuestas por Israel para la entrega de ayuda por vía terrestre.