La primera jornada de la Convención Nacional que el PP celebra hasta el domingo en Sevilla ha servido para tres cosas: para que todo el PP defienda el modelo autonómico, para insistir en que la formación liderada por Mariano Rajoy es la única alternativa de Gobierno y para reivindicar la gestión de los gobiernos de Aznar.
Precisamente, Aznar, que ha cosechado las ovaciones más cerradas en la inauguración del cónclave, se ha vuelto a volcar con su sucesor al frente del PP, como ya hiciera la pasada semana en León.
“Querido Mariano. Sabéis que podéis contar conmigo en lo que pueda ser de alguna ayuda, como un militante más, en la gran tarea de sacar a España” de la crisis y “ponerla de nuevo en el camino del éxito”, ha proclamado Aznar.
Y para escenificar la sintonía entre el ex máximo responsable del PP y el actual, ambos han querido entrar juntos en el salón plenario de la Convención, donde Aznar y Rajoy han flanqueado al presidente fundador del partido, Manuel Fraga, que no ha querido perderse el evento.
Hasta cuatro veces se ha podido escuchar en los discursos del acto de inauguración la frase de que Aznar ha sido el mejor presidente que ha tenido España, pero el aludido ha dejado claro en su intervención que lo que el país necesita es un Gobierno del PP presidido por Rajoy.
Durante su discurso, Aznar ha considerado “sorprendente” que se diga que quiere “cambiar el modelo de Estado” con su propuesta, lanzada la pasada semana, para hacerlo “racional” y asegurar que “con sus 17 autonomías y sus dos ciudades autónomas” sea sostenible.
Ha acusado al Gobierno de haber hecho todo lo posible para destruir el modelo autonómico, al que ha llevado “al borde del precipicio”, y ha instado a recuperar el gran pacto de 1978 y el Estado de las Autonomías plasmado en la Constitución.
El pacto del 78
“Habrá que empezar por recuperar el gran pacto de 1978: una nación, una -ha remarcado- que se otorga el derecho a la autonomía y se garantiza la solidaridad; una nación, la española, que tendrá que recuperar el Estado de las Autonomías plasmado en la Constitución; una nación que tendrá que trabajar en fortalecer lo que nos une”, ha afirmado Aznar.
Su partido, además, deberá “recuperar la unidad y la concordia” y lo hará “sin revanchas, sin trincheras, sin fracturas y sin intentar ajustar cuentas pendientes”.
España, ha proseguido, necesita un presidente reformista, no un “transformista de la política”, ha agregado Aznar, quien, en su crítica al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y en referencia al uso de las lenguas autonómicas en el Senado, ha dicho que España no está “para bromas ni para pinganillos”, sino para “trabajar en serio”.
Además, ha reprochado al Gobierno que en lugar de mirar de frente a los problemas se “entretenga con líos que sólo a ellos les interesan” sobre “quién sabe cuándo se irá o si se irá quien tendría que haberse ido ya”, en alusión a Zapatero.
Rajoy se reserva la clausura para su discurso más político, pero ya ha avanzado que en España “no soplan vientos de cambio porque sí”, sino porque “una mayoría de ciudadanos sienten” que el cambio de Gobierno es ya “una necesidad nacional”.
Los populares, como hicieron en 1996 con el Gobierno de Aznar, cambiarán el rumbo del país, ha afirmado Rajoy, quien, además, ha descrito el proyecto de su formación como una invitación a “la concordia”. “Queremos sumar, no dividir”, ha sentenciado.
Las críticas al Gobierno se han repetido por parte de la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, quien ha reprochado al Ejecutivo haber puesto “en duda cada cuatro años el modelo de Estado” y de admitir ataques a la arquitectura constitucional.
De Cospedal ha dejado claro que su partido está “comprometido” con el modelo autonómico y, por eso, ha apostado por él, aunque ha subrayado que la descentralización debe ser sinónimo de austeridad.
Por ello, ha abogado por recuperar la ley de estabilidad presupuestaria que fijaba techos de gasto y endeudamiento para el Gobierno central, autonomías y ayuntamientos y que “eliminó” el Ejecutivo socialista.
En la misma línea en la que se han pronunciado los máximos líderes del partido, lo han hecho también algunos de los “barones” autonómicos, como el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que ha definido el modelo de estado como de “éxito”.
El presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, por su parte, ha considerado que es el Gobierno quien ha fallado, mientras que las comunidades autónomas han dado el “callo”.
Arenas se muestra seguro de que lograrán más alcaldías que nunca
El presidente del PP de Andalucía, Javier Arenas, ha destacado que la Convención que los populares supondrá “un antes y un después” y que el partido logrará en mayo en la comunidad más alcaldías que nunca en su historia.
“1990 fue claramente un antes y un después del PP, y de ahí salieron los mejores gobernantes de la democracia, y este fin de semana será también un antes y un después, pues en Sevilla confluirán la confianza de los españoles para el presente y el futuro” en el PP.
Arenas pronunciaba estas palabras en un acto con una veintena de alcaldables del PP andaluz, al que también acudían el líder nacional, Mariano Rajoy; la secretaria general, María Dolores De Cospedal; y la responsable de Organización, Ana Mato.
Ha elogiado el papel de los alcaldes del PP en Andalucía, pues han primado los intereses de los ciudadanos y el interés general de sus siglas a cualquier “apetencia personal”.
Arenas ha dicho de los regidores que son “embajadores de la confianza” y que, precisamente por eso, y por su gestión, el PP logrará en las elecciones de mayo más alcaldías que nunca.
Unos resultados así serán “la avanzadilla de la confianza” y el comienzo de un camino que terminará en el Gobierno andaluz y con Mariano Rajoy en el Palacio de La Moncloa.
Ha resaltado que los ayuntamientos “suplen día a día” los errores de gestión de la Junta, que, entre otras cosas, ha provocado un millón de parados y 350.000 familias sin ingresos.
El candidato a la Alcaldía de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha leído un documento de reivindicación del “andalucismo constitucional”, por el que esta comunidad autónoma “debe dar vigor a los objetivos y vínculos nacionales que unen a todos”.
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