El nuevo libro "Los ricos no pagan IRPF", editado por Capitán Swing, repasa el sistema fiscal de España, señala ineficiencias, y remarca la necesidad de una reforma tributaria profunda y consensuada para reducir las crecientes desigualdades sociales y sostener el estado de bienestar.
Los autores son dos técnicos de Hacienda, Carlos Cruzado y José María Mollinedo, dos nombres asiduos en los medios de comunicación en el análisis de las políticas fiscales y económicas que, ahora, han escrito a cuatro manos un texto que quiere aportar datos al ciudadano para que pueda construirse una idea sobre el sistema impositivo.
"España tiene un retraso continuado para abordar una reforma fiscal, tenemos un sistema anticuado, con muchos agujeros y parches, que es necesario cambiar. Ha habido intentos, pero al final han quedado en nada", ha explicado Carlos Cruzado, en una entrevista a EFE.
El libro recoge el momento en el que nace el actual modelo tributario, en 1977, saliendo de la dictadura, cuando Gobierno, partidos y sindicatos firmaron los denominados Pactos de la Moncloa, con medidas económicas y una ampliación de los impuestos que se alarga hasta hoy, con reformas parciales que no cambian el fondo del sistema.
Tras esos pactos, coincidiendo con los gobiernos de Margaret Thatcher -en Reino Unido- y de Ronald Reagan -en Estados Unidos-, los impuestos que pagan las grandes fortunas se redujeron, tanto por la bajada de los tipos máximos como por la ingeniería fiscal que ejercen algunas grandes fortunas para eludir pagos.
El resultado, según subraya Cruzado: España está unos cuatro puntos porcentuales por debajo en presión fiscal en comparación con el entorno europeo, lo que se traduce en unos 50.000 millones de euros menos de recursos públicos cada año.
Reformar leyes y la administración
Pese a que el libro no entra a detallar cómo debería ser una reforma integral del sistema tributario, apunta a varias direcciones, como subir los tipos máximos para las grandes empresas y fortunas.
El objetivo, dice Cruzado, debe ser lograr una mayor "progresividad" en el pago de los impuestos, que quien tiene más pague más, una característica que nace de la Constitución, en su artículo 31, pero que ha ido menguando a medida que las grandes fortunas han conseguido vías para reducir su aportación impositiva.
Otro de los puntos principales que apunta el texto es mantener los impuestos de sucesiones y de patrimonio, con una "armonización" que fije un umbral mínimo para que las comunidades autónomas no puedan eliminar de facto la existencia de esos gravámenes, algo que, según matiza Cruzado, requeriría de una reforma de la financiación autonómica.
Asimismo, junto a un nuevo sistema impositivo, el libro reitera la necesidad de dotar de más recursos a la administración tributaria, así como cambiar su mentalidad, para dejar de centrar la mayoría de sus esfuerzos en controlar a pequeños contribuyentes, y pasar a mapear más a las grandes fortunas, donde se concentran tres cuartas partes del fraude.
El último pilar por atajar, dice Cruzado, sería la economía sumergida, que ronda el 20 % -dependiendo del estudio que la analice-, otro coladero de recursos que está significativamente por encima de los niveles de otros países europeos.
Pese a las numerosas ineficiencias, Cruzado ha asegurado que los partidos se enrocan en los ciclos electorales, sin llegar a cambios pactados a largo plazo que consensúen un tamaño concreto para el Estado y dotar así de suficiencia al sistema para sostener el estado de bienestar.
El título del libro refleja ese sentimiento, e imprime una frase que lanzó en 1998 el expresidente José María Aznar, "los ricos no pagan IRPF", que repitió en 2018 el actual presidente Pedro Sánchez, en otro contexto: "Lo dicen los responsables de los dos grandes partidos, tan opuestos en este momento, pero su diagnóstico es el mismo", concluye Cruzado
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