Las autoridades australianas impusieron desde este miércoles un toque de queda de dos semanas a los menores de 18 años que residen en la ciudad de Alice Spring (centro del país), a raíz de unos violentos incidentes ocurridos la víspera en un bar local tras la muerte de un joven.
La jefa del Gobierno del Territorio Norte, Eva Lawler, anunció hoy en una rueda de prensa en la ciudad de Darwin la declaración de "situación de emergencia" en Alice Spring, que incluye la imposición del toque de queda nocturno y el despliegue de 58 policías más y de inspectores para impedir la venta de alcohol a menores.
Durante el toque de queda, que regirá entre las seis de la tarde y las seis de la mañana, la Policía llevará a los infractores de regreso a sus viviendas o los trasladarán a un lugar seguro, pero se formularán cargos contra ellos.
"Estoy harta de este espantoso nivel de delincuencia y comportamiento antisocial. La comunidad está harta", enfatizó Lawler al anunciar las medidas impuestas en el centro de Alice Spring, una ciudad de unos 36.500 habitantes, de los cuales más de un 20 % son aborígenes, una minoría que sufre problemas de discriminación, económicos y sociales y que en esa zona tiene una vida seminómada.
Las medidas se adoptaron después de que decenas de personas participaran la víspera en unos disturbios, incluso armados con piedras, ladrillos y barras de hierro, según imágenes divulgadas hoy por los medios australianos.
El comisionado de la Policía del Territorio Norte, Michael Murphy, explicó hoy que la violencia está vinculada al funeral realizado la víspera de un adolescente de 18 años que murió a principios de mes cuando el coche supuestamente robado en el que viajaba se volcó en Alice Spring, mientras sus acompañantes huyeron dejándolo solo.
"Esto dio paso a disputas familiares y eso es lo que estalló ayer en Alice Springs, en un par", expresó el jefe policial en la rueda de prensa, al agregar que sus agentes ya han arrestado a cinco hombres y confiscado 50 armas tras este incidente, sin especificar el tipo de objetos incautados.
Estos disturbios son parte de la violencia que se ha incrementado en los últimos meses en Alice Spring, lo que ha motivado a algunos políticos conservadores a pedir la intervención del Gobierno federal, el envío de las fuerzas armadas para restablecer el orden, mayores restricciones a la venta de alcohol o la reducción de la edad de responsabilidad penal.
Hoy, la ministra para los Indígenas Australianos, Linda Burney, dijo en X que acoge con "satisfacción" la imposición del toque de queda temporal en Alice Spring y espera que "sea un cortacircuitos que mejore la seguridad de la comunidad".
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